El mercado y uso de los ordenadores portátiles no ha parado de crecer a lo largo de los últimos años convirtiéndose en un serio competidor de los equipos de sobremesa. Las ventajas que nos ofrecen estos PCs son innegables, aunque también nos encontramos con algunos inconvenientes importantes.
En un principio cabe duda de que la principal ventaja que nos ofrecen los portátiles es todo aquello relacionado con la movilidad. Este es un término cada vez más importante en el mundo de la tecnología. Tenemos la posibilidad de llevar equipos de estas características siempre encima ya sea por motivos de ocio o profesionales.
Además a nivel de potencia muchos de estos ordenadores no tienen nada que envidiar a buena parte de los equipos de sobremesa que forman parte de nuestro escritorio de trabajo. Los hay incluso especialmente diseñados para jugar, lo que deja patente el enorme potencial de sus componentes hardware. Pero claro, no todo iban a ser ventajas. Aquí nos encontramos con el inconveniente que presenta la autonomía que nos ofrecen.
La misma depende de una batería incorporada que dependiendo del uso del equipo sin conexión a la corriente eléctrica, su tiempo de vida de varía ostensiblemente. De ahí que a veces los usuarios tienen que hacer malabares con el fin de intentar aumentar la duración de esta batería además, lo que se puede convertir en un problema.
Con todo y con ello, en estos instantes nos podemos encontrar con ordenadores portátiles que pesan menos de 1 kg. y con unas prestaciones realmente sorprendentes. Pero esto no siempre fue así. De hecho a continuación os vamos a hablar de los comienzos de estos equipos en concreto y cuál fue el primer fabricante que nos proporcionó uno.
Así fue el origen del primer ordenador portátil
Lo primero que debemos tener en consideración es que en la década de los años 70 empezaron a desarrollarse algunos equipos, que sin poder considerarse como portátiles, redujeron mucho su tamaño con respecto al habitual por aquella época. Podemos afirmar que los primeros equipos de estas características fueron los denominados como Dynabook . Pero también es verdad que el diseño de aquel prototipo parecía más una tablet de las actuales, que un portátil.
A partir de ahí otras grandes empresas como IBM comenzaron la carrera fabricando los que se consideran como ordenadores personales. Como ello hasta llegar a los tiempos actuales en los que los dispositivos móviles copan buena parte del mercado tecnológico, como muchos de vosotros ya sabéis de primera mano.
Qué empresa fabricó el equipo
Pero no fue hasta el año 1982 cuando se lanzó al mercado el Epson HX-20. Este es un fabricante que desde hace años y en estos instantes muchos conocéis por sus impresoras, principalmente. Asimismo disponen de otros muchos productos como proyectores, pero desde luego en pleno siglo XXI no se les conoce por sus ordenadores, pero pasarán a la historia por este modelo en concreto.
Con todo y con ello la mayoría considera que este equipo del fabricante Epson fue el primero en denominarse realmente como un ordenador portátil. Evidentemente su diseño distaba bastante de los equipos actuales. Este era bastante más tosco y poco agraciado, pero no dejaba de ser un portátil.
Cabe mencionar que aquí nos encontramos con un equipo que tenía el tamaño de un A4 y pesaba 1,6 Kg. En cuanto a sus especificaciones internas, tampoco tenía mucho que ver con nuestros equipos portátiles actuales. Por ejemplo merece la pena reseñar que tenía una memoria RAM de tan solo 16 Kb. Hay que tener en cuenta que en un principio este equipo se enfocó para un uso científico y militar.
Quizás para muchos les resulte un tanto llamativo que Epson fuese el fabricante de este portátil en cuestión. La mayoría piensan que el primer ordenador portátil lo inventaron alguna de las grandes marcas como IBM o Apple; eso llegó después.
El portátil de Epson no fue el único
También es interesante saber que este equipo del que os hemos hablado no fue el único que se lanzó por aquella época, a principios de los 80 del siglo pasado. También considerado como uno de los primeros portátiles que marcaron un hito en ese tipo de ordenadores, fue el denominado como Osborne 1. Lo lanzó una empresa con ese mismo nombre que estaba dirigida por Adam Osborne.
Podemos decir que este portátil tuvo un éxito mayor, pero tenía un grave problema. Y es que su peso era elevado y lo cierto es que no era especialmente bonito. Con todo y con ello la empresa llegó a vender más de 11.000 unidades. Nada mal si tenemos en consideración que por aquel entonces este ordenador portátil tenía un precio cercano a los 1800 dólares de la época. El mayor problema que tenía eran sus 11 Kg. de peso, de ahí que para muchos el primer portátil de verdad fuese el anteriormente mencionado de Epson HX-20.