El mercado de los ordenadores y los portátiles nuevos cada vez es mayor. Podemos encontrar en el mercado una gran cantidad de marcas y modelos donde elegir, así como una amplia variedad de precios que pueden ir desde los 200 euros, en el caso de los equipos de gama más baja, hasta los más de 2000 euros en el caso de los de más alta gama. Podemos elegir el procesador (Intel o AMD) que queremos, la cantidad de memoria RAM, el disco duro, la gráfica, la pantalla… pero ¿qué pasa con el sistema operativo?
Cuando montamos un ordenador por piezas, lo más común es instalar nosotros mismos el sistema operativo. Sin embargo, cuando compramos un ordenador nuevo, lo más frecuente es encontrarnos con que este ya viene con un sistema operativo instalado por defecto, generalmente Windows. De esta manera, solo tenemos que conectarlo en casa, encenderlo, y, tras completar un sencillo asistente de configuración inicial, ya podremos empezar a utilizarlo.
De hecho, en muchas ocasiones lo que hacemos en realmente es descargar la ISO oficial de la última versión de Windows por ejemplo desde la propia web de Microsoft. Aunque en un principio esto nos pueda parecer algo ilegal, no lo es en absoluto. Es más, el propio gigante del software nos ofrece en sus webs todas las versiones que nos podamos imaginar de Windows en forma de imagen ISO para que la podamos descargar e instalar en nuestro equipo.
Merece la pena saber que estas imágenes de las que os hablamos también nos servirán para ejecutarlas en cualquier programa de máquinas virtuales y así visualizar este sistema operativo. Y es que hay que tener muy en consideración que lo que realmente pagamos de este software que os mencionamos de Microsoft, es el número de licencia único que adquirimos. Este número de licencia nos servirá para activar el sistema operativo como tal y así poder mantener al día el mismo poder acceder a todas las funciones que nos propone. Llegados a este punto cabe mencionar que tenemos la posibilidad estas claves de Windows tanto a través de la propia Microsoft como de algunos de sus proveedores, lo que nos permitirá ahorrarnos unos euros.
Esto puede tener sus ventajas y sus inconvenientes, según como se mire. Y, por ello, vamos a ver ambas posibilidades para descubrir cuál podría ser la mejor opción.
Ventajas e inconvenientes de un PC con Windows instalado
Windows, como ya sabremos, es un sistema operativo de pago. Y, por lo tanto, de una forma u otra tendremos que pagar por él. Eso sí, mientras que una licencia comprada por nosotros tiene un precio que oscila entre los 150 y los 250 euros (dependiendo de si elegimos la edición Home o Pro), las licencias OEM para los fabricantes tienen un precio bastante inferior, aunque la diferencia se paga con ciertos sacrificios que vamos a ver después.
Lo mejor de este tipo de sistemas es que están listos para usarlos. No vamos a perder el tiempo bajando un Windows, creando un USB, instalándolo, bajando drivers… Basta con encender el PC y, en apenas unos minutos, empezar ya a trabajar con él. Esto es perfecto para los usuarios que no tienen mucha experiencia y no quieren complicarse. Estamos pagando un sobreprecio, en cierto modo, por la licencia y por la «puesta en marcha» del equipo. Además, una vez incluida la licencia con el equipo, ya no tendremos que preocuparnos por volver a pagar. Tendremos derecho a usar el PC de forma ilimitada, e incluso instalar todas las actualizaciones, como, por ejemplo, de Windows 10 a Windows 11, de forma gratuita.
Por otro lado, un ordenador con un Windows instalado de serie suele ser más caro que un ordenador sin él, ya que estamos pagando, en cierto modo, la licencia. Dependiendo del portátil o PC que elijamos, la diferencia puede llegar a ser de hasta 300 euros, aunque generalmente suele ser algo menos, en torno a los 100-150 euros. Por ello, si elegimos comprar el equipo sin Windows, podemos ahorrarnos un dinero, o usar esa diferencia para elegir componentes mejores y, después, instalar nosotros el sistema a mano.
Además, es importante recordar que los Windows preinstalados por los fabricantes suelen incluir una gran cantidad de programas publicitarios (antivirus, una versión de prueba de Office, un programa para ver películas, un grabador, etc), programas que no solo no nos interesan, sino que ya, desde el primer momento, lastran el rendimiento del ordenador.
¿Es mejor un equipo sin Windows?
Hay varios motivos donde nos puede interesar comprar un ordenador sin el sistema operativo instalado por defecto. Estos equipos están pensados para usuarios que tienen ya cierto nivel de conocimientos y saben bien lo que hacen. En realidad, los ordenadores deben venir por ley con un sistema instalado. Pero los fabricantes, en lugar de instalar un Windows, instalan FreeDOS, un sistema operativo gratis similar a MS-DOS. Y, a partir de él, podemos hacer nosotros lo que queramos.
El primer motivo para elegir este tipo de portátiles o de PCs es que no vayamos a instalar Windows. Hay vida más allá del sistema operativo de Microsoft, y si vamos a usar una distro Linux, como Ubuntu o Debian, es innecesario pagar un sobreprecio por la clave OEM de Windows.
También puede ocurrir que tengamos ya una clave Retail (las caras) en nuestro poder, y que queramos usarla en nuestro ordenador nuevo. Estas claves se pueden instalar en varios ordenadores (aunque no a la vez), al contrario de las OEM, que están vinculadas a un hardware concreto. Si ya pagamos en su día por una clave, ¿por qué volver a pagar? Podemos ahorrar dinero, o usar esa diferencia para elegir mejores componentes.
Por último, también puede ocurrir que no queramos que nuestro PC nuevo tenga publicidad. Recordamos que los Windows preinstalados suelen venir repletos de programas publicitarios e innecesarios. Por ello, si no queremos esto, y preferimos un Windows limpio, instalado y configurado de cero por nosotros, podemos evitarlo.
Además, debemos tener en cuenta otro factor muy importante a la hora de comprar un ordenador que en un principio nos llegue sin sistema operativo preinstalado. Y es que a pesar de lo mucho que estamos hablando de Windows en estas mismas líneas hay que tener en cuenta que en el mercado podemos echar mano de otras propuestas muy interesantes y además gratuitas. En concreto en este caso nos referimos a la posibilidad de instalar un sistema operativo de código abierto, como alguna de las muchas distribuciones Linux, todo ello sin la necesidad de desembolsar un solo euro. De hecho, muchos usuarios prefieren utilizar un sistema de estas características al de Microsoft.
Por qué hay tantos equipos que vienen con FreeDOS
Si nos paramos a echar un vistazo con detenimiento a las características de los ordenadores portátiles encontramos en la mayoría de las tiendas, multitud de ellos nos cuentan que vienen con el sistema operativo FreeDOS instalado. Posiblemente muchos de vosotros ya conozcáis más que de sobra Windows o las diferentes distribuciones de Linux, de ahí que os preguntéis qué es esto de FreeDOS. Este es un sistema operativo, muy sencillo y que funciona desde la línea de comandos, dicho sea de paso, que es una buena alternativa para los fabricantes de PCs.
La principal razón de todo ello es que se trata de un software gratuito, lo que no eleva el coste del equipo como tal. Además, este sistema permite a los usuarios y a los propios montadores del equipo, arrancar el mismo para comprobar que todo funciona a la perfección. A partir de ahí el comprador ya tendrá la oportunidad de seleccionar y decantarse por cualquier otro sistema que desee usar en este ordenador. Ya sea Windows o Linux, que son las opciones más habituales, tendremos la posibilidad de instalar fácilmente nuestro sistema preferido sobre el mencionado FreeDOS.
De ahí que tantos equipos que vamos a adquirir en cualquier tienda especializada, incluya este software que os comentamos. En resumidas cuentas, es un sistema sencillo, que arranca sin problemas, y todo ello sin coste alguno para ninguna de las partes.
Dónde comprar una licencia para instalarlo nosotros
De todas formas, que un ordenador venga sin Windows instalado de serie no significa que no podamos instalarlo nosotros mismos. Todo lo contrario. Igual que podemos instalar un sistema Linux, también vamos a poder instalar la versión o edición de Windows que nosotros queramos. Eso sí, el proceso será manual, y tendremos que saber cómo se hace.
Como ya hemos explicado, las claves Retail de Windows (las que podemos comprar como usuarios) son bastante caras. Y hay muchas tiendas que buscan estafarnos (vendiendo una misma licencia a muchos usuarios, claves ilegales, OEM al precio de Retail, etc), por lo que debemos andar con mucho cuidado. Si estamos buscando una clave de precio completo, y no queremos correr riesgos, lo ideal es comprarla en una tienda que sea de fiar (por ejemplo, en Amazon, siempre que esté vendida por la propia Amazon), en una PcComponentes (igual, vendida por la propia PcComponentes) o en tiendas similares. E incluso podemos hacerlo en una tienda física, donde podamos asegurarnos de que el paquete de Windows está precintado y sin abrir.
Pero, si lo que realmente queremos es ahorrar, hay muchas tiendas que venden claves baratas de Windows, pudiendo conseguir una licencia por menos de 10 euros. Estas licencias son claves OEM reutilizadas de sistemas desechados que han sido reactivadas por Microsoft. Podremos activar Windows con esta clave y usarlo sin ningún tipo de problemas, con total derecho a actualizar siempre que queramos. Eso sí, al ser una clave OEM, una vez activada solo valdrá para ese PC. Cuando compremos uno nuevo, tendremos que comprar una clave nueva.
Estas mismas páginas web, también venden licencias Retail que son un poco más caras pero que realmente merecen la pena, ya que, si nuestro PC deja de funcionar, no vamos a tener ningún problema en pasar la licencia de nuestro viejo PC a otro nuevo, algo que no podemos hacer con las licencias OEM, por lo que, si la opción está disponible, es recomendable optar por este tipo de licencia. Lo que no podemos hacer es utilizar una misma licencia en dos equipos a la vez.
¿Merece la pena comprar un equipo con Windows?
Si nuestros conocimientos son los justos y necesarios y tan solo queremos que el equipo funcione nada más encenderlo, la mejor opción es comprar el equipo con Windows preinstalado. De esta forma, evitamos la necesidad de utilizar otro ordenador para descargar la ISO de Windows, hacer una unidad USB de arranque, realizar el proceso de instalación y demás. Si bien es cierto que el proceso no es complicado y está pensado para usuarios noveles, para algunos usuarios se les puede hacer más que cuesta arriba. Además, también evitamos tener que comprar una licencia, aunque esta opción sea más cara que comprarlo sin licencia.
Si tenemos algún equipo en casa para crear una unidad de instalación y tenemos ciertos conocimientos, la mejor opción es comprar un equipo sin sistema operativo. En Amazon o PcComponentes podemos encontrar licencias más económicas como os hemos explicado más arriba, licencias que solo vamos a poder utilizar en ese ordenador pero que salen mucho más baratas que comprarla directamente a Microsoft. Además, nos permitirá ahorrar una media de 125 euros en el precio del equipo y evitamos, de paso, todo el software que incluyen los fabricantes, cuando se trata de equipos portátiles, software que en el 90% de los casos, utilizan muy pocos usuarios.
También existe la posibilidad no necesitar Windows o querer darle una oportunidad a Linux. Ubuntu es una de las distribuciones más completas disponibles actualmente en el mercado, una distro que incluye un gran número de aplicaciones que suplen perfectamente las necesidades de la mayoría de los usuarios, siempre y cuando no tengamos la necesidad de utilizar aplicaciones de Adobe o Microsoft, por citar las más conocidas, ya que, de momento, ninguna de estas compañías apuesta por Linux y existen versiones de sus aplicaciones para este sistema operativo.
La posibilidad de instalar macOS se reduce a cero. macOS es un sistema operativo diseñado para un hardware muy concreto, hardware que se utiliza en los equipos que Apple diseña y lanza al mercado. Si tratamos de instalar este sistema operativo en un ordenador que no haya sido fabricado por Apple, nos vamos a encontrar un gran número de problemas durante el proceso y probablemente, la mayoría de los componentes de hardware no funcionará correctamente, porque no existen drivers de macOS disponibles.
En el caso de que queramos comprar un ordenador para instalar macOS,y que no sea un Mac, tendremos que comprar un Hackintosh, un ordenador diseñado por los componentes que Apple utiliza habitualmente para así reducir el número de incompatibilidades de hardware, pero debemos preparar el bolsillo, ya que el listado de componentes necesarios es muy reducido y, además, en ocasiones, cuesta encontrarlos en los canales de distribución habituales.
Resumiendo. A no ser que tengamos la intención de utilizar un equipo con Linux o tengamos una licencia retail comparada previamente, a la hora de comprar un nuevo ordenador, no vamos a tener más remedio que comprarlo con Windows si nuestros conocimientos son limitados y no tenemos ningún otro equipo en casa. Pero, si tenemos un ordenador con el que crear un medio de instalación, podemos comprar una licencia OEM, una licencia de las baratas que se venden por internet para instalar Windows en el equipo y así ahorrarnos unos 100 euros en el precio del equipo, siempre y cuando se trate de un portátil o un equipo de sobremesa ya montado y de un fabricante conocido como Dell, HP, Lenovo y demás.
¿Puedo instalar y utilizar Windows sin licencia?
A diferencia de versiones anteriores de Windows, con Windows 10 Microsoft permite utilizar esta versión sin necesidad de utilizar una licencia oficial, aunque podemos utilizar una que tuviéramos de algún equipo con Windows 7 o incluso con Windows 8. Si bien es cierto que podemos instalar y utilizar Windows sin comprar una licencia, esto tiene una serie de limitaciones ya que no podemos cambiar la configuración del equipo y nos tenemos que conforme con los valores que se establecen de forma nativa al instalar.
Dependiendo del uso que vayamos a hacer del ordenador es probable que disfrutar de Windows con limitaciones sea más que suficiente para nosotros. Pero, si queremos personalizar la estética o cambiar algún apartado de las opciones de configuración de Windows, debemos tener en cuenta que no vamos a poder hacerlo. Además, en la parte inferior de la pantalla, siempre se mostrará un cartel donde se indica que no estamos haciendo uso de una licencia oficial de Windows. Esta marca de agua no es fácil de quitar, aunque existen aplicaciones que lo hacen, esta vuelve a aparecer rápidamente.
Esta versión sin licencia no ofrece ninguna limitación a la hora de instalar cualquier aplicación que necesitemos, aunque, si tenemos que cambiar la configuración para que funcione de una u otra forma, debido a las limitaciones de esta versión, no vamos a poder hacerlo. Si tenemos en cuenta que por poco más de 10 euros podemos comprar una licencia OEM o Retail, después de invertir cientos de euros en un ordenador, 10 euros no nos van a suponer ningún problema económico.
Virtualizar para probar otros sistemas
Ya os hemos comentado anteriormente que en la mayoría de las ocasiones nuestro nuevo ordenador nos va a llegar con alguna de las versiones o ediciones de Windows ya preinstalada. Pero igualmente se puede dar el caso de que seamos amantes de la tecnología y deseemos probar otros sistemas operativos alternativos al que nos ofrece el gigante Microsoft. En raras ocasiones vamos a decir que la llegada de alguna versión de Windows de forma predeterminada con nuestro nuevo PC sea un error, pero se puede convertir en un inconveniente para probar otros sistemas.
Por ejemplo, en muchas ocasiones se puede dar la circunstancia de que tengamos curiosidad por alguna de las muchas distribuciones de código abierto Linux disponibles. Incluso nos podemos plantear la posibilidad de instalar y utilizar Chrome OS, el sistema operativo de Google para equipos de sobremesa. Pues bien, en lugar de eliminar Windows, algo nada recomendable en la mayoría de los casos, o crear una partición para establecer un arranque dual, tenemos una solución mucho más efectiva y rápida.
Podemos trabajar con el sistema de Microsoft que viene preinstalado con nuestro nuevo equipo y además visualizar otros sistemas operativos con programas específicos como por ejemplo VirtualBox. Esto nos permitirá cargar aquí la ISO de cualquier otro sistema y así probarlo de primera mano sin tener que hacer nada extraño con el de Microsoft que nos llegó preinstalado en el PC.