Windows 10X es el nuevo sistema operativo en el que lleva tiempo trabajando Microsoft. Este nuevo sistema operativo está pensado, sobre todo, para funcionar en equipos ligeros, como tablets o como portátiles estilo Chromebooks. Y, en un futuro, será el sistema operativo estándar de los equipos con dos pantallas o con una pantalla flexible. Este SO no quiere ser un sucesor, ni una alternativa, a Windows 10, sino una opción más para cubrir otro tipo de dispositivos. Y aunque debería haber llegado ya a nosotros, parece que nos va a tocar esperar más de la cuenta.
Windows 10X tenía previsto su lanzamiento entre marzo y abril de este año. Esta fue una de las razones por las que 21H1, la primera actualización del sistema operativo de escritorio, va a ser una actualización pequeña y sin apenas novedades. La intención de Microsoft era centralizar todo el interés y todas las noticias de novedades en su nuevo Windows. Pero, para sorpresa de nadie, este nuevo sistema se ha retrasado. Una vez más.
Unos errores de última hora obligan a Microsoft a retrasar Windows 10X
Durante las últimas pruebas de Microsoft antes de lanzar su nuevo sistema, la compañía ha detectado varios fallos y problemas bastante graves en Windows 10X. Estos problemas estaban relacionados con la estabilidad y el rendimiento del sistema operativo. Que un Windows esté enfocado a equipos de potencia limitada y tenga problemas de rendimiento es totalmente contraproducente. Y, por ello, la compañía se ha visto obligada a retrasar el lanzamiento de este nuevo SO.
De momento no se sabe cuándo verá la luz del día este nuevo sistema, pero todo apunta a que ya se va a ir, con suerte, a la segunda mitad de 2021. Así, por culpa de Windows 10X, la 21H1 de Windows será una actualización menor, sin novedades, y ahora puede que 21H2 no sea tan grande como cabría esperar para no hacer sombra a este nuevo sistema.
¿Puede ser el nuevo Windows uno de los últimos fracasos de Microsoft?
De lo que iba a ser a lo que en realidad parece que va a ser hay un trecho muy grande. En un principio, este sistema operativo iba a estar pensado para dispositivos de doble pantalla, concretamente para la Surface Neo. Sin embargo, esta tablet ha sido retrasa indefinidamente, y Windows 10X se convirtió en una opción OEM para equipos de bajo rendimiento. Los usuarios no podrán instalar Windows 10X por su cuenta (al menos legalmente).
Este sistema cuenta, además, con grandes limitaciones. Por ejemplo, 10X no viene con la tecnología «VAIL» necesaria para poder ejecutar, mediante un sistema de virtualización, aplicaciones Win32, por lo que el software que podremos usar está muy limitado. Tampoco funcionarán todas las apps de la Microsoft Store, tan solo aquellas compiladas como UWP o como PWA.
Este nuevo sistema trae características interesantes, no podemos negarlo. Y una de las más llamativas es, sobre todo, su interfaz. Pero, siendo sinceros, Windows 10X no es un sistema operativo para todo el mundo. Está más cerca de ser una alternativa a Android, iOS, e incluso a Chrome OS antes que a Windows 10. Y echaremos en falta una infinidad de opciones y características.