Con el fin de ahorrar espacio en nuestras unidades de disco locales del ordenador, tenemos la posibilidad de echar mano de algún servicio de almacenamiento en la nube. Este tipo de plataformas no han parado de crecer y mejorar con el tiempo y una de las más habituales y usadas es Google Drive.
Muchas empresas relacionadas con la tecnología nos ofrecen sus propios espacios en los servidores para así poder disponer del mismo. Esto nos permite almacenar una buena cantidad de carpetas y ficheros de manera remota y así no ocupar espacio en las unidades de disco del PC. De hecho, este tipo de plataformas en concreto las podemos utilizar para múltiples tareas. Por ejemplo, podemos guardar ahí nuestros contenidos multimedia personales, que suelen ser los que más espacio ocupan por regla general.
También hay una buena cantidad de usuarios que utilizan sus espacios en la nube, como sucede con Google Drive, para realizar copias de seguridad del sistema. Asimismo, tanto usuarios finales como empresas guardan en los servidores remotos toda su documentación para que esté el sitio seguro. Es más, debemos tener en cuenta que algunos de estos servicios que os comentamos nos dan la oportunidad de automatizar este tipo de procesos. Esto nos permite desentendernos de la subida de contenidos a los servidores remotos que se realizan por sí solas.
Pero claro, a pesar de todas las ventajas que nos ofrecen, también podemos encontrar algunos inconvenientes en su uso. Para que nos hagamos una idea y como es evidente, para poder utilizar este tipo de servidores remotos, es obligatorio que tengamos una conexión a internet. Además, cuanto mayor sea el ancho de banda disponible, mejor.
Configura el ancho de banda a usar por Google Drive
Esto es algo que se hace especialmente patente en el caso de que tengamos pensado transferir, ya sea de subida o de bajada, grandes cantidades de datos. Debemos tener en consideración que el espacio disponible en estas plataformas suele ser de varios gigas, por lo que mover esas cantidades de ficheros por internet en ocasiones se convierte en un suplicio. Además, si no configuramos correctamente Drive, todo ello puede afectar directamente al funcionamiento del resto de programas del PC que hagan uso de internet.
Pues bien, os contamos todo esto porque el cliente de Google Drive que instalamos en nuestro ordenador nos permite configurar el ancho de banda a utilizar. Esto quiere decir que podremos limitar ese uso de internet por parte del programa a la hora de subir y bajar contenidos, todo ello de manera independiente. Para ello lo primero que hacemos es abrir las preferencias del programa perteneciente a Drive y que nos permite configurarlo.
Al abrir la interfaz principal del cliente, pinchamos en el botón con forma de Rueda dentada que sitúa en la esquina superior derecha. En la lista desplegable que aparece ya podemos elegir la opción llamada Preferencias para a continuación volver a pulsar en otro botón con el mismo aspecto.
En ese instante debemos localizar la sección llamada Configuración de ancho de banda, donde por defecto nos encontramos con dos campos vacíos. Estos se refieren a la velocidad máxima de subida y de bajada que Google Drive podrá emplear. Por tanto, no tenemos más que especificar la cantidad de ancho de banda máximo que deseamos usar aquí. Así logramos que esto no afecte, ni en la subida ni la bajada de contenidos, al resto de aplicaciones.