Hace algunas semanas Microsoft lanzó la nueva versión de su sistema operativo, uno de sus productos estrella, hablamos de Windows 11. Sin embargo, este es un software que ha generado tantas críticas como alabanzas, tal y como en su momento sucedió con la versión anterior. Es por ello por lo que muchos usuarios en estos momentos se decantan por instalar alguna distribución de Linux.
Allá por el verano de 2015 igualmente vio la luz Windows 10, y hasta el día de hoy la mayoría de los usuarios lo han aceptado, pero otros muchos siguen rechazándolo. A pesar de tratarse el sistema operativo más utilizado en estos entornos, tenemos otras muchas alternativas muy interesantes. No tenemos por qué instalar la propuesta de Microsoft en nuestro equipo si no lo deseamos. Tenemos al alcance de la mano multitud de distribuciones de Linux, proyectos de código abierto que en su mayoría no nos costarán un solo euro.
Además, los desarrolladores de estos sistemas operativos poco a poco se han ido adaptando a los usuarios poco experimentados con el mismo. De ahí que muchos migren o escojan una de estas propuestas para instalar en su PC nuevo. Hay que admitir que las distribuciones de Linux actuales intentan adaptarse a todo tipo de usuarios, incluso los noveles en estas lides. Además, son muchas las ventajas que nos proponen con respecto a Windows, pero no todas.
Precisamente por esto debemos tener en consideración diversos apartados si nos decantamos por descartar el sistema de Microsoft y adaptarnos de código abierto. De esta manera evitaremos sorpresas en el futuro. Y es que, aunque en ocasiones nos encontramos con una interfaz de usuario bastante similar, en realidad internamente ambos sistemas operativos difieren en gran manera. Esto es algo que afectará a su uso y funcionamiento en determinadas circunstancias que debemos conocer.
Diferencias entre Linux y otros sistemas que debes conocer
En primer lugar, lo primero que debemos saber es que, aunque en apariencia algunas distribuciones de Linux sean muy parecidas a Windows, su uso difiere mucho. Cierto es que la interfaz gráfica en ambas propuestas es muy importante. Sin embargo, en las distribuciones de Linux, su Terminal y correspondientes comandos cobran mucha más importancia que en el software de Microsoft. De hecho, es interesante conocer para su uso ciertas órdenes que usaremos en tareas tan básicas como instalar o desinstalar programas, o gestionar nuestros archivos.
Otro de los aspectos a tener en consideración aquí es que no todos los programas que usamos en Windows vamos a poder encontrarlos en Linux. La variedad de software de código abierto que podemos utilizar aquí es enorme, eso también debemos tener en consideración. Pero hay ciertas aplicaciones de la importancia, por ejemplo, de la suite Office de Microsoft o Adobe Photoshop que no podremos utilizar de manera nativa en Linux. Eso sí, siempre podremos echar mano de software como Wine que nos permitirá llevar a cabo estas tareas.
De igual modo debemos tener presente que si somos amantes de los juegos de PC, aquí nos vamos a encontrar con algunas importantes limitaciones. Sirva como ejemplo que la disponibilidad en cuanto a títulos está bastante más limitada. A su vez nos podemos encontrar con algunos problemas de ejecución en este tipo de software en concreto.