Los drivers son esos pequeños programas que debemos instalar en el ordenador para que el sistema operativo (da igual que sea Windows, macOS o Linux) sea capaz de reconocer y utilizar los componentes de hardware. Aunque hace tiempo era complicado poner a punto Windows, hoy en día casi todos los drivers se pueden bajar desde Windows Update. Y para actualizarlos, hay excelentes programas como IObit Driver Booster, que nos permiten bajar e instalar las nuevas versiones de los controladores con un par de clics. Sin embargo, ¿qué pasa con los drivers en Linux? ¿Cómo puedo hacer funcionar los componentes del ordenador?
Los drivers de Linux están en el Kernel
Si algo caracteriza al Kernel de Linux es por la gran cantidad de drivers que podemos encontrar en él. La mayor parte de este está dedicada a los controladores. Hasta el punto de que Linux puede funcionar igual tanto en el ordenador más antiguo, con una lectora de disquetes de 5 1/4, hasta en uno con el último procesador de Intel y la última tarjeta gráfica. Esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes, por supuesto. Entre las ventajas podemos destacar la compatibilidad con todo tipo de hardware, compatibilidad que hará que nos olvidemos de la tediosa tarea de instalar y actualizar drivers que tenemos en Windows. Como inconveniente, pues debemos indicar que tendremos en el núcleo miles de controladores que no necesitamos, y eso se traduce en que, en lugar de tener un Kernel que ocupe unos pocos megas, tenemos un monstruo de más de 110 megas (sin compilar). Y la verdad es que eso va en contra de la filosofía KISS tan típica de Linux.
Con esto queremos decir que uno de los principales miedos a la hora de probar una distro Linux, como Debian, son infundados. Da igual el ordenador que tengamos, o del hardware que tengamos conectado al PC. Los problemas de compatibilidad son cosa de hace muchos años, y hoy en día vamos a poder usar Linux sin tener el más mínimo problema ni con la tarjeta Wi-Fi, ni con la gráfica ni con nada. Y todo ello sin tener que instalar ni configurar nosotros ningún driver más. Y olvidándonos de las actualizaciones de los mismos.
¿Necesitas más controladores en Debian? Instala los privativos
De todas formas, no todo es color de rosas. Los drivers que vienen incluidos dentro del kernel (como los Nouveau para gráficas NVIDIA) suelen dejar mucho que desear en lo que a rendimiento se refiere. Si vamos a usar el sistema operativo para un uso normal, no pasa nada. Pero si tenemos pensado usarlo para renderizar, para procesar labores de Machine Learning, o, por qué no, para jugar, entonces tenemos un problema.
Algunos fabricantes, como NVIDIA o AMD, publican drivers privativos para que las tarjetas gráficas puedan funcionar a pleno rendimiento en Linux. Estos controladores son más completos y están optimizados para dar un rendimiento similar al que podemos obtener en Windows. El problema es que, al no ser de código abierto, no pueden venir incluidos de serie en el núcleo, por lo que debemos instalarlos nosotros a mano si lo necesitamos.