Cada vez todos compramos más por Internet. Gracias a las grandes tiendas, como Amazon, es muy fácil y cómo tener de todo al alcance de un par de clics. Y en unas horas, o un día como máximo, podemos tenerlo en casa. Sin embargo, dependemos mucho de los vendedores, y, sobre todo, de las empresas de mensajería que utilicen para mandar los artículos. Y es que, si tienes la mala suerte como yo de encontrarte con una como SEUR, puede que tarde una semana, o más, en llegar a tu casa.
Yo siempre compro artículos vendidos y enviados por Amazon por varios motivos. Además de la seguridad que te ofrece comprar algo vendido por Amazon directamente, y de la garantía que tienes en estos casos (que, incluso después de dos años, te pueden devolver el dinero), otra de las ventajas de trabajar con esta tienda es el envío.
En las ciudades, Amazon tiene sus propios repartidores, los cuales te llevan directamente el paquete a casa. Como estos repartidores cobran por paquete entregado, trabajan a destajo y te aseguras que, salvo un problema grave, el producto vaya a estar en tu casa cuando corresponde. Si sufre retrasos, y no llega a tiempo, Amazon te compensa con ello con descuentos, vales o tiempo de Prime gratis. Esto está bien claro en sus términos de servicio.
Sin embargo, cuando compramos a vendedores externos, la cosa es diferente. Cualquiera puede publicitarse en Amazon, pero solo utiliza la tienda como escaparate. La logística y el envío dependen directamente del vendedor. Además, no podemos beneficiarnos de las ventajas de la garantía de Amazon (ya que nos remitirán directamente al vendedor, quien casi siempre se lavará las manos), y tampoco tendremos las ventajas de Prime.
Pero hay algo peor.
SEUR no cumple con los envíos (casi) nunca
Más allá de los cientos de memes que podemos encontrar en Internet, SEUR es una de las empresas de paquetería más conocidas y usadas, casi tanto como Correos. Sin embargo, también es una de las que peor funcionan, y basta con visitar cualquier web de comentarios y opiniones para darnos cuenta de ello.
En mi caso, compré unas pastillas de cloro para la piscina. Y como Amazon no las vende directamente, me tocó tirar de un vendedor, cuyo nombre voy a ocultar. El caso es que, mientras que otros pedidos que hice el mismo día a Amazon y a otros vendedores (que mandaron con GLS) llegaron cuando debían llegar, las pastillas de cloro no lo han hecho.
La fecha estimada de entrega era el pasado día 4 de julio. Y ese día el pedido aparecía como «En reparto«. El día 4 no llegó, y el 5 apareció también como «En reparto», sin llegar tampoco. El fin de semana, por supuesto, tampoco llegó, a pesar de aparecer ambos días como «En reparto». Pero ayer, lunes, y hoy, martes, que también aparece en la web de seguimiento como «En reparto», sigue sin haber señales del pedido.
Lo mismo ocurre con un segundo pedido, hecho el mismo día, y enviado también a través de esta empresa de paquetería.
La empresa no ha mandado ni un solo mensaje de «ausente en casa» ni ha reflejado ninguna incidencia. Simplemente, como no es una capital grande donde tiene que entregar el pedido, se niega a llevarlo. Y así va a llevar una semana el pedido secuestrado en su furgón.
Reclamaciones a Amazon
Por supuesto, he intentado reclamar a Amazon, y lo único que me han dicho es que, si no llega en 24 horas, podré solicitar un reembolso del pedido. Al menos, el dinero no lo pierdo. Además, cuando me llegue el pedido, lo que haré será devolverlo inmediatamente, ya que lo he comprado en otro sitio (y me lo han mandado por otra mensajería).
Si el pedido hubiera sido enviado por Amazon, la compañía hubiera devuelto el dinero de inmediato, además de dar una compensación por las molestias, que generalmente suelen ser días de Prime, como ya hemos comentado. Pero, al ser un vendedor externo, no tenemos derecho a nada.