No gastes dinero en una nueva gráfica, estos trucos hacen que mejore su rendimiento

Es posible que algunos juegos que teóricamente deberían funcionar bien en tu PC no lo estén haciendo. Y esto puede ocurrir aunque tengas tu hardware en perfecto estado. En este caso, el problema lo podemos tener en la VRAM o memoria de vídeo. Este tipo de memoria es fundamental para que nuestra tarjeta gráfica procese efectos, texturas y gráficos en tiempo real.
Gracias a nuestro sistema operativo de Windows, podemos ver cuánta VRAM tiene nuestra gráfica, y en caso de que fuese necesario, también podemos hacer algunos retoques de cara a mejorar el rendimiento. Y es que sí, hay maneras de optimizarla o de aumentar su capacidad un tanto por ciento. Es por eso que te vamos a explicar todo el proceso para que mejore tu calidad gráfica sin que te «cargues» el ordenador por el camino. Allá vamos.
Qué es la VRAM y su importancia
La VRAM -o Video RAM- es la memoria que utiliza nuestra GPU para almacenar todos los datos visuales. Es decir, cada vez que cargamos un videojuego, un vídeo o una peli en HD, esta memoria salta al escenario y entra en acción. Pero no hay que confundirla con la memoria RAM normal, ya que la VRAM está especialmente programada para el tráfico de imágenes, texturas y modelos 3D.
Así que, cuanta más VRAM entra nuestro PC, mejores detalles va a poder procesar sin que se ralentice todo el funcionamiento. Como comprenderás, en los juegos más vanguardistas es donde resalta más esta función, ya que muchos de ellos requieren texturas en 4K, efectos de luz y demás opciones gráficas que requieren de una buena potencia. Es posible que si notas tirones o que los juegos bajan de calidad automáticamente, la VRAM sea la causante de ello.
Cómo comprobar tu VRAM en Windows
Windows nos va a permitir echarle un vistazo a nuestra VRAM sin necesitar ningún programa descargable ni con la necesidad de ser un experto en ello. Así que solo tienes que seguir estos pasos:
Lo primero que tienes que hacer es clic derecho sobre el escritorio y seleccionar «Configuración de pantalla». Una vez que se haya abierto el menú de configuración, baja hasta que puedas seleccionar «Pantalla avanzada». Justo cuando pinches, se abrirá una ventana donde podrás ver tu propia VRAM. Su nombre en este apartado es «Memoria dedicada de vídeo».
En el caso de que hayas encontrado una cifra muy muy baja (por ejemplo, 1280 MB), significa que estás utilizando la gráfica integrada del procesador. Lo que quiere decir que tu potencia gráfica es la suficiente como para el funcionamiento mínimo del PC, pero no esperes nada para los videojuegos.
Cómo aumentar la VRAM
En el caso de que tu tarjeta gráfica sea dedicada, es decir, NVIDIA, AMD… la VRAM es inamovible. Pero no así con las tarjetas gráficas integradas como las de Intel. En ese caso, puedes aumentar la VRAM desde la propia BIOS del PC.
Para ello, reinicia el ordenador y entra en la BIOS (pulsa Supr o F2 reiteradamente mientras se enciende). Aquí deberás buscar la opción de «IGD Memory» o «Shared Memory». Podrás aumentarla a 512 MB o probablemente a 1 GB. Pero ojo, esta VRAM se alimenta de la RAM de tu PC, por lo que tampoco tires todo por la borda subiendo tu memoria de vídeo.