La banda sonora de los videojuegos tiene, si cabe, tanta importancia como los gráficos o la jugabilidad. Es una parte fundamental si lo que buscamos es inmersión. Cualquier título moderno suele incluir piezas de música orquestadas, en la máxima calidad, con las que acompañar nuestra aventura. Pero todo esto no existiría si no fuera por los chiptunes, la «magia» con la que era posible añadir música a los videojuegos a finales de los 70 y durante la década de los años 80.
Llegar del colegio, encender la televisión, la consola, coger el mando y sentarse en el suelo a jugar era una rutina para muchos niños en los años 80. La música de 8 bits, con sus sonidos sencillos y vibrantes, se convirtió en la banda sonora de tardes interminables que, a día de hoy, siguen presentes en nuestros recuerdos.
Crear y grabar música hoy en día no es complicado, puesto que la tecnología ha avanzado enormemente y se pueden procesar los datos en bruto sin problemas. No obstante, hace 45-50 años la cosa era muy diferente.
El verdadero reto para los compositores, como Koji Kondo, se encontraba en las limitaciones de los chips de sonido, como el Ricoh 2A03 de la NES. Este solo ofrecía cinco canales de audio: dos de ondas de pulso, uno de onda triangular para bajos, un generador de ruido blanco para percusión y un canal DMC para samples de 7 bits. Además, la música no se hacía en partitura ni se grababa, sino que se programaba en lenguaje ensamblador, escribiendo valores hexadecimales directamente en registros de memoria para controlar cada nota, su duración y su envolvente. La «magia» era poder crear melodías complejas con estas herramientas tan restrictivas.
Los compositores pioneros, como Hirokazu Tanaka, transformaron estas limitaciones técnicas en un lienzo para la creatividad. Y es que, al disponer solamente de cuatro canales en la Game Boy, fueron capaces de llegar a usar el canal de ruido para simular baterías rítmicas (como ocurre en el Tetris) y arpegios rápidos en los canales de pulso para crear la ilusión de acordes.
Bandas sonoras de 8 bits que hicieron historia
Echar la vista atrás y volver a la era de la NES, o la Game Boy, nos hace darnos cuenta de con qué poco nos conformábamos entonces. Y es que, si lo pensamos en frío, los juegos de 8 bits forman parte de la era dorada de los videojuegos, e hicieron posible que hoy tengamos los juegos, y plataformas, que tenemos.
Es imposible recordar todos los juegos que hicieron historia en aquellos días. Pero, si lo pensamos, seguro que, entre los juegos que nos vienen a la mente, se encuentran los siguientes:
- Super Mario Bros. (1985). La música compuesta por Koji Kondo se convirtió en un himno para los jugadores de todo el mundo. El primer Super Mario contó con temas alegres y pegadizos (ti to ti to totí, ti) que acompañaban desde cada salto hasta cada derrota en el Reino Champiñón. Tan solo hacen falta 7 notas para que nos venga a la mente la pantalla 1-1 de este juego.
- The Legend of Zelda (1986). De nuevo, Koji Kondo hizo historia. La banda sonora de Zelda se ha caracterizado por transportarnos a un mundo de fantasía y exploración. El tema principal (ti to, totitotitotiii) es una de las piezas más icónicas de la historia de los videojuegos.
- Tetris (1984). Nada nuevo que contar sobre este sencillo, pero adictivo, juego de puzles de origen soviético. Su tema principal es el más memorable, y se grabó a fuego en la mente de todos los jugadores. Esta pieza está inspirada en una canción popular rusa, y su ritmo hipnótico acompañó a millones de jugadores en todo el mundo.
- Mega Man (1987). Esta saga es el claro ejemplo de cómo el chiptune podía crear todo tipo de música, desde bandas sonoras sencillas hasta piezas energéticas que acompañaban al jugador en las frenéticas, y desafiantes, batallas que nos trajo este título.
- Kirby’s Adventure (1993). Aunque este juego llegó en la última etapa de vida de la NES, la música de Kirby’s Adventure es recordada por mostrar una clara alegría y creatividad, reflejando el espíritu colorido y divertido del juego, justo lo que debe hacer una buena banda sonora.
- Pac-Man (1980). Más que destacar por su banda sonora, las cuales estaban formadas por piezas muy breves que no acompañaban al jugador durante su recolección, lo que sí hizo memorable este juego fueron sus efectos de sonido, mostrando la «cara oculta» del chiptune.
Mientras Nintendo luchaba por explotar al máximo su Ricoh 2A03, en Europa, el Commodore 64 ofrecía una experiencia sonora superior gracias a su chip SID 6581. Este chip fue diseñado por Robert Yannes, y era un auténtico sintetizador con tres osciladores polifónicos, un filtro resonante analógico y modulación de anillo. Gracias a ello, sin salir de los 8 bits, era posible crear bandas sonoras mucho más complejas y atmosféricas, como las de Wizball o el RoboCop.
Cómo volver a escuchar la música en 8 bits
No podemos comparar la banda sonora del Super Mario Bros con grandes obras maestras como la versión orquestal de One Winged Angel. Sin embargo, son una excelente forma de volver atrás en el tiempo, cerrar los ojos y volver a ser ese niño que, al salir del colegio, se sentaba delante de la consola a jugar.
Para volver a disfrutar de esos momentos, podemos optar, o bien por rejugar a estos títulos con la ayuda de un emulador, o, mucho más fácil, echar mano de Spotify, y buscar listas de reproducción como las que os dejamos a continuación.
Yo suelo recurrir a las tarjetas regalo de Spotify para quitarme la publicidad de esta plataforma y poder escuchar (paradójicamente) estas bandas sonoras de 8 bits en máxima calidad. Y es que estas canciones forman, a menudo, la banda sonora que me acompaña en mis largas jornadas de trabajo. Y espero que, para ti, si fuiste un niño en la era de los chiptunes, también lo puedan volver a ser.
