La red está generalmente llena de peligros. Piratas informáticos, software malicioso y usuarios malintencionados hacen que existan un gran número de amenazas que pueden comprometer seriamente nuestra seguridad y nuestra privacidad, sin embargo, en ocasiones es posible que pese a tantos peligros nuestros datos y nuestra información no se vea comprometida, sencillamente porque no existen aspectos que puedan verse vulnerados por un malware.
Un antivirus generalmente cuesta dinero (a no ser que utilicemos una alternativa gratuita) y supone una carga de recursos para nuestro sistema al tener que estar analizando constantemente todo el tráfico de red y los archivos que descargamos y ejecutamos. Por ello, en este artículo os vamos a citar una serie de ocasiones en las que no hace falta instalar un software antivirus en nuestros sistemas ya que, aunque seamos víctima de un pirata informático, ningún dato nuestro se verá comprometido.
No conectamos nuestro ordenador nunca a Internet. La mayoría de las amenazas llegan a través de Internet de manera que si nuestro ordenador no se conecta a la red es menos probable que seamos víctimas de malware.
Tenemos nociones básicas de seguridad. Esto es muy importante ya que, de esta forma, evitaremos llenar nuestro sistema de malware que, aunque no sea peligroso, a la larga puede llegar a ser realmente molesto ralentizando el ordenador (por ejemplo) entre otras posibilidades.
No almacenamos en nuestro sistema información personal ni profesional. En caso de ser víctimas de un virus, troyano o ransomware, no tenemos nada en nuestro sistema de lo que se puedan apoderar ni que nos lamente perder.
No compramos por Internet ni accedemos a la web de nuestro banco. Sin un antivirus nunca debemos comprar por Internet ni acceder a webs bancarias ya que un malware residente en el sistema podría apoderarse de nuestros credenciales y podríamos ser víctimas de un robo de datos.
No nos conectamos desde redes Wi-Fi públicas ni accedemos a páginas web sospechosas. Las redes Wi-Fi públicas generalmente suelen tener usuarios malintencionados que analizan el tráfico y distribuyen a través de ellas malware, por lo que si nos conectamos a una de ellas sin software de seguridad casi seguro que acabaremos infectados.
Sabemos reconocer estafas en la red cuando las vemos. En Internet nadie regala iPhones ni tablets ni viajes, por lo que aunque no tengamos un Antivirus tampoco debemos acceder a los diferentes banners publicitarios, y mucho menos introducir nuestra información personal en ellos.
Conoces los riesgos y no compartes el ordenador con otros usuarios que no los conocen. Si nosotros conocemos los riesgos de no tener un antivirus pero dejamos el ordenador a una segunda persona, es posible que esta cumpla alguna de estas afirmaciones y pueda ver su seguridad y privacidad comprometida.
La red Wi-Fi a la que te conectas es privada, no se comparte con nadie más. Un ordenador comprometido conectado a la red está buscando constantemente nuevos sistemas conectados a la misma red. De esta forma puede distribuirse a través de la señal Wi-Fi, instalarse en el otro sistema y atacar a su usuario.
No utilizas correo electrónico ni redes sociales. Si un malware está instalado en nuestro sistema es posible que robe nuestros credenciales del correo o de las redes sociales y lo utilice para suplantar nuestra identidad o llevar acabo diferentes ataques contra nuestros contactos o seguidores.
Únicamente visitamos webs HTTPS y no accedemos a webs HTTP ni descargamos archivos de Internet. Aunque podemos ser víctimas de ataques directos, de esta forma será más complicado vernos comprometido.
Nos fiamos de Microsoft y de Windows Defender. Windows viene por defecto con un software de seguridad llamado Windows Defender. Este software incluye un pequeño motor antivirus y un firewall que, aunque dejan mucho que desear en los tests de seguridad, es mejor que no tener nada instalado.
No utilizamos Windows. Windows es el sistema operativo más utilizado y a la vez el más atacado. Si utilizamos otro sistema operativo (Linux, Mac OS X, etc) los riesgos son mucho menores y no tenemos por qué utilizar un software antivirus.
Nos gusta el riesgo. Conectarnos sin software de seguridad a Internet supone un riesgo muy elevado, aunque si somos de los que nos gusta el riesgo y no podemos vivir sin él… esta es una gran forma de llevar al límite nuestra seguridad.
Como podemos ver, en estas ocasiones no es obligatorio que utilicemos un software antivirus en nuestro sistema ya que aunque fuéramos víctimas de piratas informáticos ningún tipo de información personal, profesional o privada se vería comprometida, sin embargo, los riesgos son muy grandes por lo que si vamos a utilizar un sistema conectado a Internet sin un software antivirus debemos tener bien claros los riesgos, los peligros y saber a qué nos enfrentamos.
¿Alguna vez has utilizado un ordenador sin antivirus?