Distintas licencias de Windows y cuál elegir

Distintas licencias de Windows y cuál elegir

David Onieva

A la hora de empezar a trabajar con un nuevo ordenador, uno de los apartados que más debemos tener en cuenta es la elección del sistema operativo. Disponemos de varias propuestas gratuitas como son las distribuciones de Linux. Sin embargo, más utilizado y extendido en todo el mundo es Windows de Microsoft, un software que como ya sabréis es de pago.

Hoy en día tenemos la posibilidad de bajar diversas imágenes ISO para así probar el sistema operativo como tal. Sin embargo, para que éste sea totalmente funcional, legal y propio, necesitamos activarlo mediante la correspondiente licencia que debemos pagar. Este es un hecho que de un modo u otro siempre se ha dado en las diferentes versiones del sistema operativo más antiguas. Por tanto, podemos decir que la propuesta de Microsoft siempre ha sido un sistema de pago.

Para disponer de pleno derecho de nuestra versión del software, es imprescindible que más tarde o más temprano adquiramos legalmente una licencia que lo active. Pero con todo y con ello, algo en lo que nos vamos a centrar en estas mismas líneas, debemos tener muy en consideración que hay diferentes tipos de licencias. Esto es algo que seguramente habremos observado en alguna ocasión cuando nos hemos dispuesto a adquirir alguna de estas, o sencillamente nos hemos puesto a investigar en nuestro PC. No debemos confundir el tipo de licencias de Windows con el tipo de versión. Mientras que Windows está disponible en licencias OEM y Retail, las versiones disponibles de Windows son Home, Pro, Education y Enterprise. Las diferentes versiones de Windows, nos ofrece funcionalidades diferentes, siendo las versiones Pro, Education y Enterprise las que nos ofrece funciones que no están disponibles en la versión Home de Windows.

Diferentes formatos de licencias de Windows

Básicamente se podría decir que estos elementos a los que nos referimos se dividen en tres tipos, cada uno con sus propias características. Es por ello por lo que a continuación os vamos a hablar de las diferencias existentes entre cada uno de estos formatos. De este modo, llegado el momento de la elección, podremos decantarnos de un modo más conveniente por el que más nos interese en cada caso.

Es más que posible que los formatos o tipos de los que os hablamos o resulten más que familiares por haberlos oído en alguna ocasión. Sea como sea lo que debemos tener claro es que podemos adquirir una clave para el sistema operativo de Microsoft de tipo OEM, Retail o Volumen. Anteriormente os hemos mencionado que cada uno de estos formatos tiene sus propias características iniciales, pero también debemos saber que su precio es diferente. de ahí precisamente la importancia de decantarnos por un tipo u otro a la hora de activar el sistema operativo.

comando licencia

Al mismo tiempo es interesante saber que las dos más habituales en estos momentos son la del tipo OEM o Retail, como veremos a continuación.

Diferencias entre Windows OEM y Retail

La mayoría de vosotros ya sabréis que cuando nos referimos a la clave de Windows, esta está compuesta por una serie de caracteres identificativos. Estos son únicos para cada sistema operativo y son algo similar a nuestro propio DNI con números y letras. Por tanto, podríamos decir que es un elemento clave en cualquier sistema operativo legal, exceptuando las distribuciones Linux y las versiones de macOS, ya que son completamente gratuitas.

De igual modo y como seguramente muchos de vosotros ya sabréis, como os comentamos antes podemos bajar una imagen ISO de Windows y utilizarla por ejemplo en una máquina virtual o en nuestro equipo. Pero para poder aprovechar todas las ventajas del sistema operativo necesitamos una clave o licencia.

Ventajas de las claves OEM

Por tanto, una de las principales diferencias que aquí encontramos, es que las licencias OEM son las más adecuadas para un único equipo con su correspondiente hardware. Podemos afirmar que son las más usadas y habituales desde hace tiempo. Además, a la hora de adquirir una nueva, este formato es el más habitual que encontramos en Internet para su compra. Pero eso no es todo, sino que además estas suelen ser más baratas que las Retail, de ahí que llamen más la atención de los usuarios.

Para que nos hagamos una idea más aproximada de lo que os hablamos, os diremos que las OEM son la licencias que se incluyen cuando compramos un nuevo PC que nos llega ya montado. De esta manera cuando lo encendemos por primera vez y nos conectamos a Internet, lo activamos de forma automática y el hardware de ese ordenador queda ligado a la correspondiente clave. De hecho, es la placa base del equipo la que se asocia, de ahí que, si la cambiamos, la perdemos.

Debemos tener en cuenta que por regla general podremos cambiar la memoria RAM o el disco duro sin problemas con este elemento. Sin embargo, la cosa se complica si nos referimos a otros como la CPU o la mencionada placa, ya la licencia dejará de ser válida en el equipo al considerar Microsoft que estamos utilizando la misma licencia en otro dispositivo.

configuracion oem

Afortunadamente, para evitar este problema, existe una solución muy sencilla y que no es otra que desactivar la licencia en el equipo antes de hacer cambios, como si fuéramos a vender el ordenador, pero sin la correspondiente licencia para poder aprovecharla en otros dispositivos. Una vez hemos actualizado el hardware de nuestro equipo, tan solo debemos volver a introducir la clave nuevamente en el equipo para que este nuevamente quede asociado a la cuenta, en sustitución del equipo anterior.

Obtén la clave OEM del sistema desde CMD

Lo primero será abrir la ventana del símbolo del sistema. Esto es algo que logramos escribiendo el comando cmd en el cuadro de búsqueda del menú Inicio, por ejemplo. Es preferible acceder a esto con permisos de administrador, por lo que pulsamos sobre la entrada que aparece con el botón secundario del ratón. Así, en el menú contextual que aparece, nos decantamos por la opción de Ejecutar como administrador.

Esto nos dará paso a la ventana del símbolo del sistema, donde tenemos que hacer uso del siguiente comando:

wmic path softwarelicensingservice get OA3xOriginalProductKey

Una vez pulsemos la tecla intro y pasados un par de segundos, en pantalla aparecerá la clave OEM de producto que estábamos buscando. A partir de aquí, ya tendremos la posibilidad de guardarla donde queramos, por ejemplo, en un fichero de texto, que después guardamos en una memoria USB, o en la nube. Eso nos permitirá disponer de esa clave de Windows por si la necesitamos en algún momento en el futuro.

Limitaciones de las licencias OEM

El primer problema que nos encontramos con estas licencias es que únicamente son válidas para un PC ya que se asocian a un hardware concreto y a la cuenta de Microsoft del equipo. Si realizamos cualquier modificación en el hardware del equipo, podemos seguir utilizando la licencia sin problemas, aunque debemos informar a Microsoft del cambio para que vuelva a activar nuestra copia de Windows con la misma licencia.

Otro inconveniente es que no tenemos ningún tipo de soporte por parte de Microsoft, por lo que si tenemos alguna duda o problema no vamos a poder contactar con la compañía para obtener información al respecto, un soporte que si vamos a tener comprando licencias Retail.

Cuándo comprar una Retail

Dentro de los tipos más utilizados que os hemos comentado antes, por otro lado, nos encontramos con las Retail. Cierto es que éstas son más caras, pero en determinadas circunstancias nos van a interesar mucho más. Sirva como ejemplo el caso del que os hablábamos anteriormente. Es decir, en el supuesto de que en el futuro tengamos planeado hacer grandes cambios en el hardware del PC, como sustituir la placa, una Retail será mucho más interesante.

A pesar de que son algo más caras, como os comentamos antes, este formato es mejor si pensamos a largo plazo. Y es que es se podrá utilizar e instalar en otros los ordenadores con diferentes configuraciones hardware. En el supuesto de que dispongamos de una Retail, y cambiemos el hardware del PC, la licencia seguirá siendo válida. Lo único que debemos tener claro aquí, es que esta clave, aunque sea Retail, tan solo podrá estar en funcionamiento en un único ordenador al mismo tiempo.

Con todo y con ello éstas pueden ser muy interesantes en el caso de que seamos nosotros mismos los que montemos nuestro PC, cambiamos componentes cada cierto tiempo, etc.

Dónde comprar una licencia y sitios a evitar

Windows es el sistema operativo más usado y por tanto más vendido en todo el mundo. En estos momentos podemos adquirir Windows 10 o Windows 11 en sus diferentes versiones sin problema alguno. Decantarnos por una posibilidad u otra dependerá del tipo de uso que hagamos de nuestro ordenador, del coste que estemos dispuestos a desembolsar, o del entorno donde lo usaremos. En el caso de que nos encontramos ante la situación de que necesitamos adquirir una licencia del sistema por nosotros mismos, deberíamos tomar algunas precauciones.

Os decimos todo esto porque precisamente la compra de estas licencias en estos momentos está siendo explotada por usuarios malintencionados. Esto es algo que se lleva realizando desde hace años pero que cada vez es más peligroso. Por tanto, en la mayoría de las ocasiones deberíamos desconfiar de aquellas licencias de Windows demasiado baratas. En el caso de que hayamos tomado la determinación de adquirir una Retail, la mejor decisión será acceder a alguna tienda de reputación conocida, o a la propia web de Microsoft. De esta manera lo que evitamos son disgustos en el futuro que podrían convertirse en un serio problema.

Y es que muchos de estos sitios web que nos proponen la compra de licencias de Windows a precios irrisorios, pueden desembocar en un problema. Lo más habitual es que esa licencia que pagamos, aunque sea poco, caduque a los pocos días o semanas. Esto quiere decir que repentinamente volveremos a estar como al principio, sin un sistema Windows activado. Sin embargo, si buscamos bien e indagamos por internet en busca de referencias, podemos encontrar páginas que realmente ofrecen licencias perfectamente válidas y con las que no vamos a tener ningún problema futuro.

Si queremos ahorrarnos un buen dinero, es recomendable optar por comprar Windows 10 en su versión Home o Pro, ya que, lleva muchos más años en el mercado y el precio de las licencias es mucho más económico, sobre todo teniendo en cuenta que ya no es el sistema operativo de Microsoft más moderno del mercado, ya que ha sido superado por Windows 11. Al poder actualizar de forma totalmente gratuita de Windows 10 a Windows 11, no vamos a tener ningún problema en disfrutar de la última versión, aunque el proceso sea más largo, ya que previamente debemos instalar Windows 10 y, a continuación, instalar Windows 11. Eso sí, una vez hemos instalado Windows 11, la licencia quedará asociada a nuestra cuenta de Microsoft, por lo que, si formateamos el equipo, no será necesario instalar Windows 10 y seguidamente Windows 11, podemos instalar Windows 11 sin problemas.

Para evitar problemas a la hora de comprar licencias de Windows 10 o Windows 11, lo mejor siempre es recurrir a Amazon. En Amazon podemos encontrar un gran número de licencias de Windows 10 y Windows 11 en todas sus versiones. Detrás de todas estas empresas, el responsable final siempre es Amazon, por lo que, si tenemos algún problema a posteriori con el funcionamiento de la licencia, tan solo tenemos que hablar con la empresa que fundó Jeff Bezos para que nos devuelvan el dinero.

En PcComponentes, también podemos encontrar licencias OEM bastante económicas, pero, a diferencia de Amazon, quien realmente las vende en esa empresa, por lo que podemos confiar plenamente en que las licencias que compremos son perfectamente válidas y funcionales y que no vamos a tener ningún problema en el futuro.

Claves de tipo Volumen o GVLK

Una vez tenemos claro las diferencias entre OEM y Retail, si deseamos ir un paso más allá en cuanto al número de equipos, las de tipo Volumen nos pueden interesar. Os contamos todo esto porque las mismas nos ofrecen la posibilidad de poder ser utilizadas en varios ordenadores al mismo tiempo. Claro, como os podréis imaginar, este formato más que para el usuario final, está pensado para las pequeñas y grandes empresas. Estas son las que en realidad van a necesitar una buena cantidad de ordenadores independientes basados en Windows.

En realidad, es una manera como cualquier otra de ahorrar costes para las empresas, que por cierto son mayoría, cuyos ordenadores están basados en el sistema de Microsoft. De esta manera la firma les ofrece una importante rebaja por adquirir una gran cantidad de licencias de Windows. En raras ocasiones veremos este tipo de claves funcionando en PCs de usuarios finales.

Por tanto, en lugar de adquirir licencias independientes una a una, la firma paga por una de este tipo a través de Microsoft y la utilizan en todos sus equipos. Al mismo tiempo en lo que se refiere al precio, al comprar una gran cantidad de claves aunadas en una sola, suelen salir más económicas. Esto nos permite que todos los PCs de esa empresa se activen con la misma licencia y a un precio más asequible. Esto es algo que agradecerán tanto la economía de la compañía como los administradores de sistemas de esta.

Algo que debemos tener muy presente es que este tipo de licencias no siempre las vamos a encontrar con el nombre de Volumen. Para que no lleve a confusión, en ocasiones al adquirir las empresas estas licencias masivas para múltiples equipos que se piden directamente a Microsoft, también son nombradas como GVLK. Pero con todo y con ello, tal y como era de esperar, tanto las ventajas como los beneficios de los que os hemos hablado anteriormente, en estas licencias GVLK son las mismas que os hemos contado.

Licencia para un PC montado por mí

Hace unos años muchos usuarios se aventuraban a montar sus propios ordenadores componente a componente. Hay que decir que en Windows 7 y versiones anteriores, a la hora de activar el sistema con una OEM, no teníamos problema alguno, ya que no se hacía uso de internet para asociar la licencia a una cuenta de Microsoft. Sin embargo, por temas de piratería fundamentalmente, Microsoft decidió cambiar esta política a partir de Windows 8. Por esta razón a partir de ese momento las licencias OEM se reservaron casi exclusivamente para el uso por parte de los fabricantes de PCs.

Esto quiere decir que, tal y como os comentamos en líneas anteriores, si tenemos planeado montar nuestro propio PC y sustituir su hardware cada cierto tiempo, es mejor decantarnos por una Retail. Al mismo tiempo también debemos tener en consideración que estas OEM tienen otras limitaciones como las que veremos a continuación.

  • No dispondremos de soporte directo de Microsoft, sino del fabricante del equipo que nos la ha proporcionado. Y es que casi siempre va a ser preferible que el soporte el sistema operativo lo recibamos directamente de su desarrollador, y no de su proveedor. Por tanto, esto se podría considerar como una ligera desventaja en el caso de que nos decantemos por una licencia OEM, más si somos propensos a tener problemas o dudas con Windows.
  • Las Retail son válidas para arquitecturas tanto de 32 como de 64 bits. Sin embargo, al comprar una OEM tenemos que especificar la arquitectura del PC donde la usaremos, ya que solo valdrá en esa. Esto es algo que se puede convertir en un serio inconveniente si disponemos además de un equipo con diferente arquitectura de procesador. Llegado el caso y si lo necesitamos no podremos usar la licencia OEM en un PC propio pero que disponga de una arquitectura diferente.
  • Al principio las licencias OEM no servían para instalar versiones futuras de Windows, pero esto es algo que Microsoft está solucionando con el tiempo. Por tanto y más ahora tras la puesta en marcha de Windows 11, el uso de este tipo de licencias en concreto nos aportará ventajas. Y es que no sabemos los movimientos que tiene planeado llevar a cabo Microsoft con su sistema operativo en años venideros. Si se lanza algún nuevo Windows posiblemente deseemos poder actualizar de manera totalmente gratuita.

Además, os recordamos que Windows 10 y Windows 11 tienen una función que nos permite guardar la clave de producto en la Cuenta Microsoft. Esto es muy útil, sobre todo, si tenemos una licencia de tipo Retail, ya que con solo iniciar sesión en la cuenta, el sistema detectará la clave y activará el sistema automáticamente sin que tengamos que hacer nada. Además, muchas veces, Microsoft nos permite, mediante asistencia telefónica, cambiar la clave OEM a otro PC, siempre que esta esté vinculada a la Cuenta Microsoft.

Qué licencia debo comprar

Desde todos los puestos hemos comentado en estas líneas, quizá llegue el momento en que os preguntéis el tipo de licencia que más nos interesa. Ya os hemos comentado anteriormente que las OEM son normalmente nos las proporcionan los fabricantes de PCs y están asociadas a el hardware vendido. En el supuesto de que cambiemos complementarios como la CPU o la placa, la perderemos.

Por tanto, si vamos a montar nuestro propio ordenador y cambiar todo tipo de piezas en el futuro, es recomendable decantarnos por una Retail. Aunque el precio de esta modalidad sea ligeramente superior a la primera, con el tiempo seguro que no será más rentable en estos supuestos. La principal razón de ello es que nos permitirá ir actualizando nuestro PC con el paso de los años sin tener que adquirir otro sistema operativo Windows.

Esto es lo que se refiere al usuario final, ya que sí nos referimos a un sector más profesional centrado en la empresa, lo ideal sería una licencia Volumen. Esto se debe a que una misma la podremos utilizar en múltiples ordenadores independientes. Al mismo tiempo adquirir una gran cantidad, su coste es más bajo.

A la hora de comprar una licencia, si nuestra economía nos los permite, siempre es mejor opción adquirir la versión Pro de Windows que la versión Home, teniendo en cuenta un uso particular. La versión Pro incluye una serie de aplicaciones y funciones adicionales no disponibles en la versión Home que nos permitirán sacarle el máximo partido a nuestro equipo y, por ende, aprovechar todo su hardware además de otras funciones que solo dependen del software como la gestión de escritorios remotos, por poner algún ejemplo sencillo.

Si el equipo donde queremos utilizar la licencia es un portátil, equipo al que no se le puede cambiar la placa base ni el procesador, es recomendable comprar una licencia OEM, ya que no vamos a poder realizar ningún cambio que pueda afectar a su funcionamiento, por lo que nunca dejará de funcionar. Los únicos cambios que podemos hacer en el interior de un portátil es ampliar la memoria RAM (aunque en algunos modelos esta se encuentra soldada a la placa base por lo que se puede ni ampliar ni reemplazar) y la unidad de almacenamiento (también si cambiamos de un HDD a SSD como si ampliamos el espacio de almacenamiento de la unidad que tengamos instalada) Además, si en un futuro, decidimos venderlo para comprar uno nuevo, vamos a poder sacarle algo más de dinero al incluir una licencia completamente válida de Windows.

Actualizar desde Windows 7 o Windows 8.1

Otra opción pasa, si tenemos un ordenador viejo con Windows 7, por utilizar esa licencia para instalar Windows 7 en el nuevo equipo (hasta Windows 8 Microsoft no asociaba las licencias a la cuenta de usuario de Microsoft). Una vez hemos instalado Windows 7 y hemos introducido el número de serie válido, debemos actualizar el equipo a Windows 10 para que la licencia se asocie a nuestro equipo. Una vez hemos actualizado a Windows 10, lo más recomendable es formatear el disco duro y volver a instalar Windows 10 de cero, borrando cualquier rastro de Windows 7.

Con Windows 10 ya instalado, si nuestro equipo es compatible con Windows 11, tan solo debemos actualizar el equipo a la nueva versión de Windows directamente desde Windows Update. Para descargar Windows 7, ahora que Microsoft ha abandonado el soporte oficial, si no tenemos un DVD en casa, podemos visitar Internet Archive y descargado de forma totalmente legal, y digo legal, porque todas las versiones disponibles NO están activadas y la podemos utilizar con nuestra licencia legal para así actualizar a Windows 10 y, posteriormente a Windows 11.

Con Windows 8.1 no es posible realizar este pequeño truco, ya que, como hemos comentado, Microsoft comenzó con esta versión a asociar la licencia del equipo a la cuenta de Microsoft que se utiliza en el equipo, por lo que, lo único que podemos hacer es actualizar el equipo a Windows 10. Los equipos con Windows, por su antigüedad, no son compatibles con Windows 11, ya que no implementen el chip TPM ni la función arranque seguro, requisitos de Windows 11.

Trucos para usar Windows con licencia sin pagar

Hay que tener en consideración que, tal y como os hemos contado anteriormente, Microsoft nos ofrece la imagen ISO de Windows para poder descargarla de manera legal desde la propia web del gigante del software. Además, podremos hacer uso de buena parte de las funciones integradas del sistema sin problema alguno, todo ello sin clave o licencia. Sin embargo, nos veremos limitados y no nos podremos beneficiar de todos los servicios y características de Windows.

Pero también podemos echar mano de algunos trucos para disponer de una licencia del sistema operativo de Microsoft sin pagarla. Por ejemplo, podemos hacer una búsqueda en Google de las licencias genéricas que Microsoft pone a nuestra disposición. Estas son válidas tanto para las ediciones de Windows 10 como de Windows 11. Lo que debemos tener en cuenta en este caso es que quizá no funcionen, y si lo hacen tan solo nos van a servir para un determinado periodo de tiempo.

También tenemos la posibilidad, tal y como hemos visto anteriormente, de utilizar la clave disponible en versiones antiguas de Windows para otras más actuales, será totalmente válido y nos evitamos pagar por una nueva clave. Igualmente podemos adquirir algún ordenador, ya sea nuevo o en el mercado de segunda mano, que incluya el sistema operativo con su correspondiente licencia. Esto es bastante habitual si compramos un ordenador a otro usuario, ya que rara vez nos proporcionará el equipo sin ningún sistema instalado. Además, si hacemos la compra directamente a un fabricante para un equipo nuevo, en muchas ocasiones ya viene con la última versión de Windows instalada y activada.

Sin embargo, lo que debemos tener aquí en consideración es que, aunque no lo especifique, lo más probable es que de un modo u otro nos esté cobrando esa licencia. La ventaja aquí es que posiblemente sea más barata que si la adquirimos por nuestra cuenta.

Quiero Windows 11, ¿cuál elijo?

Aunque Windows 11 ya se encuentra entre nosotros, aún no es fácil encontrar licencias en tiendas y comercios enfocadas directamente a este sistema operativo. Microsoft está aprovechando para centrarse en la distribución de licencias OEM preinstaladas antes que en la distribución de las licencias Retail para su nuevo sistema operativo.

Recordamos que el nuevo Windows 11 es una actualización totalmente gratuita para los usuarios de Windows 10. Por tanto, si queremos usar el nuevo sistema operativo de la compañía, lo que debemos hacer es comprar una licencia original de Windows 10, da igual el tipo. Si tenemos una «Home» actualizaremos a la «Home», y si tenemos una «Pro» haremos lo propio con dicha edición. Y la actualización es totalmente gratuita tanto para las licencias OEM como para las Retail. Sin embargo, nosotros recomendamos comprar una Retail para poder reutilizarla en el futuro en otro ordenador.

De esta manera tan solo pagaremos una vez por el sistema operativo de Microsoft y tendremos a nuestra disposición las nuevas versiones que el gigante del software vaya lanzando. No tendremos más que actualizar directamente o descargar la correspondiente ISO del sistema para introducir la clave de nuestra versión retail y así no volver a pagar por todo ello. Aunque si tenemos en cuenta el precio tan reducido que tienen las licencias OEM, entre 10 y 15 euros, a no ser que tengamos previsto cambiar de ordenador dentro de poco, la inversión realmente merece la pena en comparación con las licencias Retail que cuestan a partir de 100 euros y sólo están disponibles para Windows 11 en adelante.

Lo que no recomendamos si estamos pensando ya en Windows 11 es usar licencias de Volumen para empresas, ya que esas sí que nos pueden dar muchos más problemas. Y lo mismo ocurre con las licencias Education que, aunque también podrán actualizar gratis, no son recomendadas para el hogar y, al estar controladas por un administrador y por Microsoft, pueden darnos más problemas. Y con Windows 11 LTSC, estamos en la misma situación. Aunque se trata de una versión muy querida por gran parte de la comunidad de usuarios, las LTSC son ediciones de Windows pensadas para empresas, y que solo tienen licencia de empresa. Usarlas fuera de un entorno corporativo implica romper con los términos de licencia que aceptamos al instalar el SO.

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