Cuando nos movemos por internet generalmente echamos mano de programas específicos que nos sirven de intermediarios para ello. Este es el caso de los populares de navegadores web que la mayoría de nosotros tenemos instalados en nuestros equipos. Los hay que prefieren usar Chrome, otros se decantan por Edge de Microsoft, o por Firefox, entre otras muchas propuestas de este tipo.
Además, los desarrolladores de estos programas son conscientes de la importancia actual de los mismos, por lo que no paran de mejorarlos a base de actualizaciones. Pero hay una serie de premisas que todo desarrollador de un navegador debe tener en cuenta, y esas son la funcionalidad, la seguridad y el aspecto de estos programas.
Hay que tener en cuenta que internet además de estar lleno de contenidos de todo tipo, también lo está de peligros que nos acechan. Cuando hablamos de peligros nos referimos a códigos maliciosos que están a la espera de poder acceder a nuestro equipo y sus correspondientes datos. De ahí la importancia de la seguridad cuando nos decantamos por un navegador u otro.
Datos que almacenan los navegadores por defecto
De igual modo aquí debemos tener muy en cuenta todo lo relacionado con la privacidad que estas soluciones software nos proponen. Y es que por regla general la gran mayoría de los sitios web que visitamos, quedan registrados en el historial de tu navegador. A su vez el propio navegador recordará las URL de los sitios web que visitamos habitualmente, los archivos que hayamos descargado en estos, las cookies de datos que rastrean nuestra actividad en determinados sitios, etc.
Asimismo, estos programas almacenan lo que hemos escrito en los motores de búsqueda, o los inicios de sesión en cuentas online a las que accedemos normalmente. En el supuesto de que estemos trabajando en un ordenador propio y al que nadie más tiene acceso, todos estos movimientos nos podrán ser de mucha ayuda. Mejoran la experiencia de uso del programa ya que en el futuro podremos ahorrar una cantidad importante de tiempo. No tendremos que volver a introducir credenciales de acceso el navegador puede rellenar automáticamente la URL a la que vamos, etc.
Igualmente, si nos topamos con algo útil pero no recordamos dónde lo vemos, un rápido vistazo al historial te indicará la URL correcta. También es interesante saber que, si no podemos recordar contraseñas, el navegador puede recordarlas por nosotros.
Cuándo es mejor usar el modo incógnito en un navegador
Sin embargo, puede que otra persona utilice ese mismo ordenador y nos resulte un tanto incómodo saber que tendrá acceso a toda esa información guardada. Es aquí precisamente donde entra en juegos el denominado como modo privado o modo incógnito del navegador. La principal ventaja que encontramos al abrir una ventana de este tipo es que todos los datos nombrados antes, desaparecen en cuanto cerramos el navegador.
Se puede dar el caso de que estemos navegando por sitios web que no queramos que otros vean en el futuro. Igualmente se puede dar la situación de que estemos planeando algún tipo de encuentro oh sorpresa para la pareja y no deseemos que esta pueda hacer un seguimiento desde el PC. Y es que basta con que otra persona echó un vistazo al historial de navegación para que se haga una idea de lo que estuvimos haciendo con este programa en el pasado. Precisamente ahí está la importancia en determinados casos de utilizar el modo incógnito o privado.
Este modo de navegación del que os hablamos aquí también es casi imprescindible cuando por ejemplo estamos utilizando un ordenador en una biblioteca o en cualquier otro sitio público. Hay multitud de centros que en estos momentos ponen a nuestra disposición un ordenador con conexión a internet y de forma gratuita. Que sin embargo no nos interesa que los futuros usuarios conozcan todo tipo de datos personales, por lo que abrir una ventana en modo incógnito es básico.
Qué no hace este modo y pensamos que sí
Sin embargo, el modo incógnito o privado qué encontramos en la mayoría de los navegadores de internet, también tiene ciertas limitaciones. Con esto lo que queremos decir es que hay usuarios que no saben muy bien ante qué están protegidos, y ante qué, no. Para empezar lo primero que tenemos que saber es que este modo privado lo que hace es eliminar los datos comentados anteriormente de manera automática al cerrar el programa.
Eso no quiere decir que, al utilizar un navegador de internet con este modo activado, ya seamos completamente invisibles. Con esto lo que os queremos decir es que las webs que visitemos van a seguir viendo nuestra dirección IP. De igual modo debemos tener muy presente que si estamos en una empresa o centro educativo, los administradores de red seguirán viendo nuestros movimientos aquí. Por no hablar de nuestro proveedor de la conexión, que igualmente podrá ver los movimientos o las páginas que visitemos si así lo desean.
Es decir, que por abrir una ventana en modo incógnito no somos invisibles, lo que logramos es que el programa que usamos no guarde nada de nuestra navegación. Para ir un paso más allá En este sentido os recomendamos probar otras opciones como el navegador de Tor. Es que utiliza la red privada de Tor que, si nos oculta bastante más en internet, pero eso es otro tema.
Abrir el navegador en modo privado o incógnito
Ya os hemos comentado anteriormente que la mayoría de los navegadores actuales cuentan con una función de este tipo para navegar con más privacidad. Es por ello por lo que a continuación os vamos a mostrar cómo abrir una ventana de este tipo con cada uno de los principales navegadores. Hay que tener en cuenta que el proceso es bastante sencillo de llevar a cabo y es muy similar en la mayoría de todos estos programas.
Navegar en modo incógnito con Chrome
Para navegar en modo privado desde el navegador Google Chrome, lo primero que debemos hacer es abrir el navegador como lo haremos normalmente. Una vez abierto tendremos dos formas de lanzar este modo. La primera de ellas, si nos gustan los atajos de teclado, es usar el siguiente: Control + Shift + N. Si no, abrimos el menú del navegador haciendo clic sobre el botón de la parte superior derecha, y elegiremos la opción «Nueva ventana de incógnito«.
Si estamos navegando en modo normal, y queremos pasar directamente al modo incógnito, podemos hacerlo directamente haciendo clic con el botón derecho sobre el enlace en cuestión, y seleccionando la opción «Abrir en una nueva pestaña de incógnito«.
Abrir la navegación privada de Firefox
El proceso para realizarlo en Firefox es muy similar al de Google Chrome, aunque con algunas variaciones. Por ejemplo, si queremos abrir este modo usando un atajo de teclado, debemos tener en cuenta que el navegador de Mozilla utiliza «Control + Shift + P» para abrir su ventana de navegación privada. Además, dentro del menú también podemos encontrar esta misma opción que nos va a permitir abrir una ventana nueva desde la que navegar sin dejar rastro en el PC.
Además, como su rival, también podemos hacer clic con el botón derecho del ratón sobre cualquier enlace para seleccionar la opción «Abrir en una nueva pestaña privada» que, como habremos adivinado, nos permitirá abrir dicho enlace en una ventana privada.
Abrir el modo InPrivate de Edge
Edge, el navegador de Microsoft que viene incluido por defecto en Windows, también nos ofrece la posibilidad de navegar por la red de forma privada usando su modo InPrivate. Al ser un navegador basado en Chromium, la combinación de teclas que debemos pulsar para abrir este modo es la misma que la de Google Chrome, es decir, Control + Shift + N. Y, además, también encontraremos esta posibilidad dentro del propio menú del navegador, llamada «Nueva ventana InPrivate«.
Al igual que los otros navegadores, desde Edge también podemos abrir cualquier enlace en este modo privado para navegar sin dejar rastro. Simplemente debemos hacer clic con el botón derecho sobre el enlace y elegir la opción «Abrir vínculo en ventana InPrivate«.
Usar el modo incógnito en Opera
Opera, igual que Edge, también está basado en Chromium. Por lo tanto, el método para abrir este modo de navegación igualmente debemos usar el atajo de teclado Control + Shift + N, abriendo con él el modo incógnito de Opera. En el menú también nos encontraremos con una opción que nos permitirá abrir directamente una nueva ventana de incógnito para este navegador, llamada «Nueva ventana privada«.