Si hay algo que nos puede llegar a dar muchos dolores de cabeza, eso es el Wi-Fi. Las conexiones inalámbricas pueden ser un gran aliado a la hora de organizar nuestro hogar y librarnos de los cables, pero también nuestro mayor enemigo cuando buscamos velocidad, latencia baja y buena señal. Aunque tengamos el router al lado es fácil ver cómo la señal sube y baja, dando la sensación de que se mantiene débil e inestable. Por suerte, esto tiene una solución muy sencilla cuando usamos Windows.
El sistema operativo de Microsoft siempre busca un equilibrio entre funcionalidad, rendimiento y consumo. Tanto en los ordenadores de sobremesa, como en los portátiles, Windows intenta reducir el consumo de los componentes para poder ahorrar en la luz o hacer que la batería del PC dure más. Y uno de los componentes principalmente afectado por estos recortes de energía no es otro que la tarjeta de red inalámbrica. En otras palabras, el Wi-Fi.
Las tarjetas de red para PC permiten al sistema, y al usuario, ajustar la potencia aumentando o reduciendo el consumo de energía. De esta forma, si vemos que la señal de nuestro Wi-Fi llega muy justa al ordenador, se corta a veces, o navegamos muy muy despacio, a continuación, os vamos a explicar un truco para poder ampliar la potencia para que, a cambio de gastar algo más de energía, la conexión WiFi funcione mucho mejor.
Este truco funciona en todas las versiones modernas de Windows, aunque nos vamos a centrar en Windows 10 y Windows 11.
Mejorar la señal Wi-Fi aumentando la potencia
Para poder ampliar la señal del Wi-Fi, lo primero que haremos será entrar en el administrador de dispositivos. Para ello, hacemos clic con el botón derecho del ratón sobre el botón inicio de Windows (o usamos el atajo de teclado Windows + X), y seleccionamos «Administrador de dispositivos«.
Se abrirá una nueva ventana donde encontraremos todos los dispositivos conectados a nuestro PC, ordenador por categorías. Abrimos la categoría de «Adaptadores de red«, y buscamos el que corresponda a nuestra tarjeta Wi-Fi. Lo identificaremos porque aparecerá nombrado como «Wi-Fi«, «Wireless» o similares.
Hacemos doble clic sobre este dispositivo y podremos ver una nueva ventana de propiedades. En ella podremos ver un resumen del dispositivo, el controlador, y una serie de opciones avanzadas del dispositivo. A nosotros nos interesa la pestaña «Opciones avanzadas». Y dentro de la lista de propiedades localizaremos la de «Potencia de transmisión» (aunque se puede llamar de otra forma similar, e incluso estar en inglés).
La seleccionamos, y a la derecha podremos ver un apartado donde configurar el valor. Seleccionamos la máxima potencia (que será el valor 5), aplicamos los cambios, cerramos y nos reconectamos a la red inalámbrica. Ahora podremos ver que, al disponer de más potencia, la señal nos llega mucho mejor, es más estable y podemos navegar a mayor velocidad.