Si usas Windows, hay algo para lo que tienes que estar preparado: los bloqueos. Estos pueden llegar en cualquier momento, y cuando menos te lo esperas, tu ordenador puede quedar totalmente inutilizado. Los motivos pueden ser muchos, y a menudo es complicado saber a qué se deben. Por suerte, lo que sí podemos hacer es aprender a recuperar el sistema cuando ocurre uno de estos bloqueos. Y, así, al menos tendremos tiempo para guardar el trabajo pendiente antes de tener que reiniciar.
Antes de nada, debemos dejar claro que lo que vamos a explicar en este artículo sirve como un «parche» para poder recuperar el PC sin tener que reiniciarlo. Pero no erradicará el problema de raíz, y tarde o temprano volverá a pasar. Además, algunas funciones, o algunos programas, podrían dejar de funcionar en el proceso, por lo que lo ideal sería, al menos, reiniciar el ordenador antes de continuar con lo que estuviéramos haciendo.
Así, si tu Windows se bloquea mientras estás en el escritorio, estos son los trucos que debes probar para intentar hacerlo funcionar de nuevo.
Reiniciar el Explorador de Windows
La forma más cómoda de reiniciar el Explorador es desde el Administrador de tareas. Para ello solo tendremos que pulsar CTRL + SHIFT + ESC y nos aparecerá en pantalla sin ningún tipo de ayuda de la Shell. Tan solo debemos de dirigirnos a Más detalles en la pestaña de Procesos podemos localizar el Explorador, que debemos seleccionar y Reiniciar.
Tras finalizarlo, el proceso debería abrirse de nuevo automáticamente. Y el sistema debería volver a funcionar sin problemas, al menos por un tiempo.
Instalar actualizaciones pendientes de Windows Update
Si el escritorio de Windows se ha bloqueado, puede que se deba a algún problema del sistema que puede solucionarse con una actualización. Por ello, es importante que revisemos si hay alguna actualización disponible pendiente de instalar. Para ello, escribiremos “buscar actualizaciones” en el buscador de Inicio y pulsamos sobre dicha opción. A continuación, instalaremos las actualizaciones pendientes y, por último, reiniciamos el equipo para comprobar si se ha solucionado el problema.
Usa el símbolo del sistema
Si nuestro escritorio se ha quedado bloqueado, puede que sea generado por un fallo ocasionado por los archivos del sistema. Para solucionarlo, podemos optar por abrir el Símbolo del sistema. Para ello, solo tenemos que escribir su nombre en el buscador de Inicio y ejecutar la aplicación como Administrador. En la ventana debemos escribir los comandos:
dism/online /cleanup-image /restorehealth
Pulsamos enter y ahora escribimos
sfc/scannow
Volvemos a pulsar enter y ya solo nos queda reiniciar el ordenador para comprobar si el escritorio vuelve a estar perfectamente operativo.
Cierra las aplicaciones en segundo plano
Conforme vamos creando nuevos escritorios, el equipo dedica recursos de espacio y memoria RAM para poder gestionarlos. Si el equipo anda escaso de recursos y el escritorio de nuestro equipo está mostrando problemas de funcionamiento, se congela temporalmente, no responde el teclado o ratón o se muestra más lento de lo normal, debemos cerrar aplicaciones en segundo plano que no estemos utilizando.
Además, también debemos cerrar los escritorios que ya no necesitamos. De esta forma, liberaremos memoria RAM y recursos para que el equipo gestione todos los escritorios abiertos de una forma más eficiente sin tener que recurrir a la memoria virtual (espacio en disco que se utiliza como memoria con la RAM no está disponible) que es mucho más lenta que física que tenemos instalada en el equipo.
Evita usar estos elementos en el escritorio
A pesar de la fiabilidad que nos ofrece el sistema operativo de Microsoft en términos generales, lo cierto es que en ocasiones nos encontramos con importantes problemas y errores relacionados con el mismo. Además, estos pueden aparecer de manera repentina y quizá ni siquiera seamos capaces de repararlos. Por ejemplo, en ocasiones el escritorio de Windows se bloquea de forma inesperada, lo que se puede convertir en un serio inconveniente.
Hay que tener en cuenta que podemos llevar a cabo algunas tareas previas para evitar este tipo de fallos. Por ejemplo, aunque la tendencia es bastante habitual, en la mayoría de las ocasiones deberíamos evitar llenar el escritorio de iconos. Estos normalmente hacen referencia a programas, documentos y todo tipo de accesos directos que vamos acumulando aquí con el paso de los meses y los años. Pero esto es algo que se puede convertir en un serio inconveniente e incluso llegar a bloquear el equipo o ralentizar sustancialmente el arranque.
Llegados a este punto, siempre será preferible que creemos carpetas para organizar este conjunto de iconos y no llenar todo el escritorio de estos elementos multimedia. Esto es algo que se hace especialmente patente en equipos antiguos o un tanto limitados en cuanto a su hardware. Por otro lado, también es habitual que añadamos un fondo de escritorio personalizado a este elemento del sistema operativo. Normalmente, utilizamos fotos de alta calidad para que se vean lo mejor posible.
Pero con todo y con ello y para evitar problemas relacionados con el bloqueo, en muchos casos también deberíamos intentar evitar los fondos animados que nos encontramos en ocasiones en Internet. Cierto es que estos elementos multimedia son muy atractivos, pero también debemos tener en coche y dirección que consumen muchos recursos del sistema y en ocasiones dan más problemas de los que nos gustarían.
Cuidado con los escritorios virtuales
Windows 10 y Windows 11 vienen de serie con una función que nos permite crear varios escritorios virtuales. Estos escritorios nos permiten separar programas y ventanas en, como su nombre indica, distintos escritorios, de manera que podamos organizar de manera mucho más eficiente nuestro trabajo. El problema es que, al trabajar con varios escritorios, es fácil que no sepamos dónde hemos dejado un programa en concreto.
Con el atajo de teclado Windows + Tab podemos ver, en la parte inferior, todos los escritorios que tenemos creados. Bastará con buscar uno a uno en los escritorios que tengamos creados para poder encontrar el programa que necesitamos.
Algunos consejos que nos pueden ayudar a trabajar mejor con estos escritorios virtuales son:
- Utiliza un fondo de pantalla diferente en cada uno. Como podemos ver las miniaturas de los escritorios, podremos identificar rápidamente el que necesitamos en cada momento.
- Dar un nombre identificativo. Por defecto, estos se llaman Escritorio 1, Escritorio 2, etc, y eso no ayuda a la organización. Como podemos cambiar el nombre a cada uno de estos escritorios, podemos darle un nombre claro que nos permita saber qué hay en cada uno.
- No crees demasiados. Cuantos más escritorios virtuales tengamos creados más complicado será encontrar lo que buscamos. Con los escritorios justos podremos mejorar la productividad sin tener estos problemas
- Cierra los escritorios que ya no necesitas. Si hemos dejado de necesitar alguno de los diferentes escritorios que hemos abierto previamente en el equipo, si queremos reducir el número de recursos que consume el equipo, debemos cerrarlos para que el equipo libere memoria que puedan utilizar el resto de los escritorios aplicaciones que tenemos abiertas en el equipo. Para cerrar un escritorio, tan solo debemos abrir la vista de escritorios, situar el ratón encima del que queremos cerrar y pulsar sobre X que se muestra en la esquina superior derecha. También podemos cerrarlo utilizando el botón derecho del ratón.