Todo el software ocupa cada vez más. Igual que hace tiempo los programas ocupaban menos de 1.44 MB y cabían en un disquete, los juegos no superaban los 700 MB (y ahora fácilmente alcanzan los 50 GB) o los sistemas operativos como Windows o Ubuntu se podían grabar en un CD, con el paso del tiempo todo va ocupando más espacio. Por lo tanto, cada vez necesitamos nuevos medios de instalación. Y aunque hoy en día 300 MB puede no parecer mucho, este espacio puede marcar una importante diferencia como acaba de ocurrir con Windows 10.
El medio de instalación más común para instalar Windows 10 es usar una memoria USB. Podemos descargar la ISO de Windows fácilmente de Internet y utilizando un software como Rufus grabarla a una memoria USB cualquiera.
La mayoría de los usuarios suele utilizar alguna memoria USB vieja que tiene por casa para usarla como medio de instalación del sistema operativo. Y normalmente no suele ser una memoria de 32 GB, sino suele ser una pequeña, de 4 GB, por ejemplo.
Aunque el asistente de creación de medios de Windows 10 pide una memoria USB de 8 GB, cuando descargamos la ISO esta podía copiarse sin problemas en un USB de 4 GB.
La versión May 2019 Update ocupaba 3.7 GB. Sin embargo, con la llegada de Windows 10 November 2019 Update, Microsoft ha superado el umbral de los 4 GB.
Toca comprar un USB nuevo para instalar Windows 10 1909
Si hemos descargado Windows 10 November 2019 Update y hemos intentado copiarla a un USB de 4 GB con «Rufus» nos habremos dado cuenta de que nos aparece un mensaje de error que nos indica que la imagen ISO es más grande que la unidad USB de destino.
Mientras que con la versión de 32 bits de Windows 10 no hay problema (ocupa 3 GB la imagen ISO), la versión de 64 bits ya tiene un tamaño de casi 4.2 GB. Y si nos hemos bajado la ISO que viene con la versión de 32 bits y la de 64 bits, entonces ya nos olvidamos del todo, ya que esta ocupa más de 7 GB.
Si queremos crear un USB de instalación de Windows 10 November 2019 Update (o, seguramente, de cualquier versión de Windows posterior) tendremos que usar un USB de, al menos, 8 GB. Por suerte, estos son muy baratos, y es que podemos encontrarlos ya de 16 GB con USB 3.0 por menos de 4 euros.
De todas formas, aunque la imagen ISO de Windows 10 ocupe 4 GB esto no significa que cuando lo instalemos en el disco duro vaya a ocupar lo mismo. Por desgracia, un Windows 10 recién instalado ocupará 4 veces más, unos 16 GB de espacio. Y además sería recomendable tener al menos 60 GB en total para que el sistema operativo pueda funcionar con normalidad y sin problemas de espacio.
Cada vez Windows ocupará más espacio, pero no tenemos que preocuparnos
Sería muy raro (y preocupante) que a corto plazo Windows 10 vaya a ocupar más de 8 GB y tengamos que empezar a usar memorias de 16 GB para grabar la imagen ISO. Pero debemos tener en cuenta que el sistema operativo cada vez ocupará más espacio ya que trae nuevas funciones, herramientas y parches que, poco a poco, le hacen más grande.
De momento, con un USB de 8 GB o de 16 GB tendremos más que suficiente para llevar con nosotros la imagen de la última versión de Windows 10 y los principales programas que vayamos a utilizar para dejarlo todo instalado.