Windows 11 esconde un modo «ultraseguro»: así activas, y abres programas en el Sandbox

¿Sabes que Windows 11 cuenta con una función poco conocida pero extremadamente útil? Para los usuarios más preocupados por la seguridad, hablamos de Windows Sandbox. Este modo nos permite ejecutar cualquier programa en un entorno aislado, lo que quiere decir que puede ejecutarse de manera ajena a cualquier amenaza que recaiga sobre el equipo.
Esta opción es ideal para probar programas desconocidos sin preocuparte por que afecte al resto del sistema operativo, e incluso navegar sin comprometer al resto de tu PC. Por contra, Windows lo trae deshabilitado por defecto, y muchos no saben cómo activarlo. En el presente artículo, vamos a intentar aclarar esto y comenzar a utilizarlo en Windows 11.
Qué es el modo Sandbox de Windows
Se podría decir que Windows Sandbox es una máquina virtual integrada en el propio sistema operativo. Esto permite generar un espacio aislado e independiente del resto del equipo. Todo lo que se instale o modifique dentro de este entorno, desaparece cuando lo cerramos. Así que, de esa manera, podemos decir adiós a los programas potencialmente dañinos en nuestro equipo.
Sus principales ventajas las encontramos en la protección que acabamos de mencionar contra programas y archivos sospechosos y también en el hecho de que no requiere configuraciones avanzadas ni para su instalación ni para su funcionamiento.
Cómo activar el modo Sandbox
En la barra de búsqueda de la barra de tareas, busca «Activar o desactivar características de Windows» y ejecuta el resultado.Esto nos llevará a un listado como el de la imagen de arriba, y deberemos bajar hasta encontrar y activar «Windows Sandbox». Haz clic en aceptar y aplica los cambios, pero si queremos que surtan efecto, deberemos reiniciar nuestro PC.
Una vez reiniciado el equipo, podremos encontrar Windows Sandbox directamente desde el menú de inicio. Lo abriremos igual que lo haríamos con cualquier otra aplicación.
No estás viendo mal. Como puedes ver, se generará un menú como si de otro sistema operativo se tratase, dentro de tu escritorio.
Por último, para terminar de aplicar su funcionalidad, lo único que tienes que hacer es arrastrar el archivo sospechoso hacia este nuevo entorno desde nuestro directorio real. Desde aquí, podrás ejecutarlo sin ningún problema y comprobar lo realmente dañino que era.
Si el programa en cuestión requiriese cualquier tipo de instalación, también podrás llevarla a cabo desde aquí. Pero tranquilo, que aunque el programa quisiera destruir nuestro PC, en cuanto le demos a la X para salir de Windows Sandbox, todo lo que quiera infectar se habrá ido a la nada. Y no dejará rastro alguno en nuestro equipo. Por el contrario, si el archivo no posee amenaza alguna, ya estás listo para instalarlo en tu sistema operativo real.
Como conclusión, Windows Sandbox es una herramienta muy útil que podremos usar en momentos de serias dudas con respecto al funcionamiento de nuestros programas. Es fácilmente activable con unos pocos pasos mientras trasteamos en nuestros menús.
Si el proveedor del programa en cuestión no te daba cierta confianza o simplemente quieres experimentar con cualquier función que quieras desarrollar con incertidumbre, habilita el modo Sandbox de Windows y evita cualquier tipo de tropiezo para tu equipo.