Uno de los apartados que más preocupan a los usuarios es todo aquello relacionado con la privacidad y la seguridad en sus equipos. Una de las razones de todo ello es que cada vez trabajamos con datos más privados y sensibles. A continuación, os vamos a mostrar algunos de los tipos de malware con los que debemos tener más cuidado.
Si tenemos en consideración que Windows es el sistema de sobremesa más usado, podemos entender que los creadores de códigos maliciosos se centran en el mismo. Esto quiere decir que los equipos basados en este software son el objetivo más frecuente de los ciberdelincuentes y sus diferentes variedades de malware. Estos elementos maliciosos nos vienen acompañando desde hace décadas, y no han parado de evolucionar.
Por tanto, en estos instantes nos podemos encontrar con una buena cantidad de diferentes tipos. Es por ello por lo que a continuación os hablaremos de los formatos de malware más usados a la vez que peligrosos en estos instantes y que deberíamos temer.
Virus
De manera errónea en muchas ocasiones utilizamos este tipo de malware para multitud de códigos maliciosos de manera general. Sin embargo, debemos tener claro que un virus es un tipo específico, eso sí, el software malicioso más antiguo. Para que nos hagamos una idea de lo que os hablamos, el principal objetivo este elemento software es propagarse. Generalmente se esconde en un archivo e infecta el sistema cuando se abre. El elemento clave aquí es que luego trata de propagarse a otros archivos.
Gusanos
Este formato es muy parecido a un virus, ya que se propaga de la misma manera, pero con una diferencia. Y es que los gusanos atacan e infectan directamente el sistema con el que entran en contacto, es decir, no es necesario ejecutar ese archivo infectado para desencadenar la infección. De ahí que no es necesario que el usuario tenga que interactuar con el mismo.
Ransomware
Aquí nos encontramos con uno de los tipos de malware más extendidos y peligrosos en estos momentos. La principal razón de ello es que su principal objetivo es tomar el control completo del ordenador. Una vez nos ha infectado y ha bloqueado el uso del mismo, en ocasiones cifrando nuestros datos, el código malicioso pide un rescate para obtener la clave y que podamos descifrar todo ello. Es decir, bloquea nuestros archivos para que no podamos acceder a ellos y nos pide un rescate normalmente en Bitcoin u otra criptomoneda alternativa.
Spyware
Si echamos un vistazo al nombre de este formato en concreto, no es difícil imaginar cuál es su principal objetivo. Y es que este es un código malicioso que básicamente se encarga de espiarnos y recopilar datos en segundo plano. Más adelante la información recopilada se envía al ciber delincuente y luego se utiliza para cualquier propósito malicioso. La idea es que nunca nos demos cuenta de su presencia.
Troyanos
Otro tipo el código malicioso que debemos temer son los troyanos. Tal y como su propio nombre nos deja entrever, su funcionamiento se basa en hacerse pasar por una aplicación o archivo legítimo. Lo habitual es que se trate de un programa falso que descargamos pensando que es el auténtico pero que al ejecutarlo infectará el equipo. A diferencia de un virus, no intentará propagarse por sí mismo. A continuación, se encarga de llevar a cabo todo tipo de acciones maliciosas dependiendo de su diseño.