Si te conectaste a Internet en los años 90, o a principios de los 2000, sabrás bien lo que era navegar lento y, además, complicado. En una época en la que Internet Explorer tenía la mayor cuota de mercado, era necesario abrir una ventana nueva del navegador cada vez que queríamos abrir una página. Esto hacía que, en vez de tener una ventana con pestañas, como ahora, tuviéramos abiertas 10, 20 o más ventanas. Con el alto consumo de RAM y CPU que eso implica. Por suerte, las cosas han cambiado, aunque hay veces que, por comodidad, cometemos los mismos errores del pasado.
Desde luego, las pestañas de los navegadores no son algo nuevo. La primera interfaz basada en pestañas para navegar fue vista por primera vez en 1997, aunque no fue hasta el año 2000, con Opera, y el 2001, con Firefox, cuando realmente empezaron a ganar popularidad. A partir de entonces, todos los navegadores empezaron a traer estas subventanas, cambiando radicalmente la forma de navegar.
Las pestañas de los navegadores tienen muchas ventajas. Por ejemplo, nos permiten abrir visitar varias webs al mismo tiempo, o abrir nuevas páginas, en tabs, para visitarlas más adelante. Una pestaña es un objeto que se crea de forma mucho más sencilla, y ligera, que una nueva instancia del navegador, y se puede cerrar con la misma facilidad para liberar los recursos.
Por desagracia, las malas costumbres hacen que, fácilmente, nos encontremos con decenas de webs abiertas en pestañas. Y esto es malo.
Problemas de abrir muchas pestañas a la vez
Por supuesto, el principal problema que nos encontramos al navegar con pestañas es que nos acomodamos y abrimos una gran cantidad de ellas sin darnos cuenta de la memoria RAM que estamos gastando. Aunque estas consumen menos memoria que una instancia nueva del navegador, al acumular muchas abiertas a la vez estamos gastando incluso más RAM de la que imaginamos. Y esta es una de las razones por las que nuestro PC puede ir muy lento, e incluso bloquearse.
Además, si abrimos muchas pestañas, estas se irán acumulando en la parte superior (o en vertical, con scroll, si usamos un navegador con esta función) hasta el punto de que, probablemente, no lleguemos a distinguir unas webs de otras, perdiendo bastante tiempo y productividad.
Y tampoco podemos olvidarnos de lo cara que nos puede salir una confusión de pestaña. Si nos equivocamos al mandar un formulario, email o hacer una compra por tener muchas pestañas abiertas, puede que tengamos problemas, dependiendo de la gravedad de la información que filtremos y cómo nos afecte.
Posibles soluciones a estos problemas
Actualmente, varios navegadores están experimentando con nuevas formas de revolucionar, y mejorar, la navegación con pestañas. Por ejemplo, Chrome está trabajando en una función llamada «grupos de pestañas» que nos va a permitir agrupar las pestañas relacionadas para tenerlas más organizadas en «grupos». Estos grupos se pueden contraer y ocultar, y además se podrán suspender para liberar recursos cuando no se usen, recuperándolos completos cuando volvamos a necesitarlos.
Edge, por su parte, experimenta con un concepto de pestañas verticales (junto con grupos) para moverlas, de una vez por todas, de la parte superior. Y Vivaldi es el que tiene la apuesta más arriesgada, con un motor que nos permite abrir pestañas dentro de otras pestañas como si fueran «subpestañas».
Desde luego, la navegación por pestañas está aquí para quedarse. Ahora bien, ¿conseguiremos no repetir los problemas del pasado?