Gracias a las extensiones, los navegadores web se han convertido en programas que ofrecen una experiencia totalmente personalizada y renovada a la hora de navegar por la red. Chrome, Firefox, Edge… hoy en día, cualquier navegador es compatible con extensiones. Gracias a ellas podemos personalizar webs, obtener información sobre la página que estamos viendo (por ejemplo, controlar el precio de un producto en Amazon) e incluso hasta ocultar ciertos elementos molestos. Sin embargo, las extensiones son igual de útiles que peligrosas, y es que son uno de los puntos de inflexión por el que pueden robar nuestros datos. Y Google quiere acabar con eso.
Prácticamente todas las extensiones que instalamos en el PC tienen acceso a todos nuestros datos. Y muchas de ellas hasta los recopilan sin permiso y los usan con fines que ni siquiera indican. No es la primera vez que hemos oído hablar de esto, igual que tampoco es la primera vez que vemos cómo una extensión se utiliza con fines maliciosos.
Es cierto que Google no es la más indicada para hablar de privacidad. Sin embargo, aunque esta compañía hace lo que quiere con los datos de sus usuarios, sí que quiere que estos, al menos, sepan cómo utilizan otros desarrolladores la información que recogen. Y, por lo tanto, a partir de 2021 va a llegar un importante cambio al sistema de extensiones de la Chrome Store. Un cambio que, esperemos, sea para bien.
Google obligará a las extensiones de Chrome a dejar claro qué datos recopilan
A partir de enero de 2021, los desarrolladores que tengan publicada una extensión en la Chrome Store tendrán que indicar en su ficha qué datos recopilan en el navegador y, además, cómo procesan y utilizan dichos datos. Todos los desarrolladores tendrán que rellenar esta información antes de marzo de 2021, de lo contrario la extensión se bloqueará en la Chrome Store y, además, se desactivará automáticamente a los usuarios que la tengan instalada. Desde enero hasta marzo se mostrará un aviso cuando un desarrollador no haya proporcionado estos datos.
Para ello, los desarrolladores tendrán que rellenar una ficha donde tendrán que completar toda la información que les pida Google. Los usuarios, al ir a bajar una nueva extensión, podrán ver una nueva pestaña de privacidad donde verán, de forma clara y fácil de entender, todo lo relacionado con la privacidad del navegador. Por supuesto, los desarrolladores tendrán que certificar si venden, o no, los datos que recogen a terceros.
Los desarrolladores ya pueden ver este nuevo apartado en sus paneles correspondientes, y en la tienda de extensiones se empezará a mostrar el apartado de privacidad a partir del 18 de enero del año que viene.
Nuevas normas para unas extensiones más privadas
Además, Google va a actualizar las normas de las extensiones para evitar que algunos desarrolladores sigan abusando de este servicio (y, por supuesto, para proteger el negocio de Chrome con la publicidad):
- Queda prohibido recoger datos y usarlos para mostrar publicidad personalizada.
- Prohibida la cesión de los datos de los usuarios para comprobar solvencia, créditos, corredores de datos o revendedores de información.
- Nunca se permitirá la venta de datos personales de usuarios.
- En caso de cesión de datos, esta debe realizarse para beneficiar al usuario y estar relacionado con el propósito general de la extensión.
Desde luego, una buena medida para ayudarnos a proteger nuestra privacidad a la hora de descargar e instalar extensiones en Chrome. El único problema que tiene este sistema es que son los desarrolladores quienes facilitan esta información, y Google no puede verificar su veracidad. Por lo tanto, en realidad, no servirá de mucho (o eso nos tememos).