Cuando estamos trabajando con nuestro ordenador basado en Windows y de buenas a primeras empieza a tener un comportamiento extraño, nos preocupamos. Esto sucede tanto si estamos usando el PC en el trabajo, como en nuestros momentos de ocio. Muchas pueden ser las causas de estos errores en el sistema de Microsoft, tal y como seguramente muchos sabréis de primera mano.
Sea como sea, cuando estos comportamientos empiezan a darse en el ordenador, una de las primeras soluciones de las que solemos echar mano, es volver a arrancar el sistema. Y es que con el paso de los años la experiencia nos ha demostrado que este sencillo proceso soluciona más fallos de los que esperamos. Por tanto, en lugar de enredarnos con complejas funciones internas del sistema operativo, antes de nada, lo que hacemos es reiniciarlo. Sin embargo, si lo pensamos fríamente no tiene mucho sentido que esto arregle un fallo en el software.
Esa al menos es la teoría, sin embargo, si conocemos lo que hace el sistema cuando se reinicia, aunque sea por encima, entenderemos las razones por las que se arreglan tantos fallos. Eso sí, cuando hablamos de reiniciar o apagar un PC con Windows, nos referimos a hacerlo de manera adecuada.
Cómo reiniciar Windows con seguridad
lo que debemos intentar evitar a toda costa es apagar o reiniciar el equipo directamente desde su botón físico. El propio Windows nos ofrece varios modos de llevar esto a cabo con seguridad. Por ejemplo, esto es algo que podemos realizar desde el menú inicio, donde nos encontramos con los pertinentes botones de reinicio, apagado o suspensión. Igualmente podemos hacer uso de la combinación de teclas Alt + F4 si nos situamos en el escritorio.
Y eso no es todo, ya que igualmente podemos pulsar las teclas Ctrl + Shift + Supr para así poder apagar o reiniciar el equipo sin problema alguno.
Reiniciar el PC para cerrar procesos
Cuando ponemos en marcha uno o varios programas en un equipo con Windows, por regla general estos suelen abrir varios procesos que se ponen en funcionamiento en segundo plano. En ocasiones un exceso de los mismos sobrecarga la RAM del equipo, lo que se traduce en bloqueos y errores de todo tipo. Al mismo tiempo en ocasiones estos procesos pueden entrar en conflicto con algún componente del PC o incluso con otros procesos, lo que igualmente nos puede dar ciertos problemas.
Por tanto, contra él solo reiniciar el ordenador todos estos procesos abiertos tanto del sistema como de los programas se cierran automáticamente, de ahí que desaparecen los fallos.
La memoria RAM es un elemento clave pero delicado
Ya hemos comentado antes que los procesos de los programas en ocasiones sobrecargan la memoria RAM que tenemos instalada en el equipo. Pero esto puede suceder con multitud de elementos que estamos ejecutando en el sistema operativo incluidos ficheros propios. Sirva como ejemplo si estamos trabajando con fotografías de gran calidad, vídeos de alta resolución.
Esto se puede traducir en una sobrecarga de la RAM de la que disponemos, algo más habitual si el equipo es antiguo. Por tanto, esto se traducirá en que el sistema se quedará congelado repentinamente, por lo que es un reinicio de este nos solucionará todos estos problemas.