Una de las muchas ventajas que nos proponen las actuales conexiones a internet de las que disponemos la mayoría, es trabajar de forma remota. Para que nos hagamos una idea todo ello, esto nos permitirá conectarnos a otros equipos y controlarlos sin levantarnos de nuestro ordenador.
Quizás hace solo unos años esto podría parecer un poco de ciencia ficción, pero gracias al hardware y al software del que disponemos hoy día es algo habitual. De hecho, la mayoría de los usuarios tienen la posibilidad de llevar a cabo estas conexiones remotas de manera bastante sencilla. Basta con disponer de una conexión a internet lo suficientemente estable y un software adecuado para ello. Hay muchos programas que nos ofrecen esta posibilidad, aunque también es interesante saber que el propio sistema Windows cuenta con su escritorio remoto.
Para poder acceder a la misma no tenemos más que escribir su nombre en el cuadro de búsqueda de la barra de tareas del sistema. A continuación, nos encontramos una entrada en la que podemos pinchar para acceder a la funcionalidad de escritorio remoto implementada. En un principio nos encontramos con la posibilidad de introducir los datos correspondientes al equipo al que nos queremos conectar. Sin embargo, esta es una herramienta que nos propone una serie de parámetros que deberíamos tener en consideración.
Estos nos permitirán configurar la función de escritorio remoto para evitar fallos y sacarle más provecho dependiendo de nuestras necesidades. Si queremos echar un vistazo a las mismas y no tenemos más que pinchar en el botón Mostrar opciones de la esquina inferior izquierda.
Configurar el Escritorio remoto de Windows
En ese momento veríamos cómo la ventana mencionada se amplía y nos encontramos con una serie de pestañas en la parte superior de la misma. Estas son las que nos dan acceso a las configuraciones que podemos modificar para adaptar y mejorar el Escritorio remoto de Windows. Aquí lo primero que podemos hacer es guardar la conexión actual para abrirla más adelante rápidamente. Asimismo, si nos situamos en la pestaña llamada Pantalla, tenemos la posibilidad de ajustar el tamaño de la ventana del escritorio remoto, algo que os recomendamos adaptar a vuestras necesidades personales.
Y no solo eso, sino que, además dependiendo de la potencia de nuestro PC en cuanto a su hardware, podemos indicarle la profundidad de color que usaremos al conectarnos. No siempre vamos a necesitar darle prioridad al apartado gráfico si disponemos de un PC limitado en cuanto a sus especificaciones. Igualmente os recomendamos personalizar el apartado del audio remoto desde Recursos locales, así como los elementos propios que deseamos compartir. Aquí entran en juego objetos tan importantes como la impresora o el Portapapeles de nuestro equipo.
No cabe duda de que uno de los factores más importantes para tener una buena experiencia al conectar con un escritorio remoto, es la conexión de la que dispongamos. La velocidad de esta tenemos la posibilidad de personalizarla en la pestaña llamada Rendimiento. Sin embargo, en este caso lo más recomendable es permitir que la funcionalidad ajuste este parámetro por sí sola. Esto quiere decir que deberíamos dejar activa la opción Detectar calidad de conexión automáticamente de la lista desplegable. Igualmente, desde aquí podemos hacer que esta herramienta se conecta automáticamente en el caso de que se pierda dicha conexión, algo que deberíais activar.