Windows cuenta con todo tipo de funciones que, al menos en la mente de Microsoft, buscan facilitar la vida a los usuarios. El problema es que muchas de ellas, más que facilitar las cosas, lo que hacen es complicarlas, ya que casi siempre afectan al rendimiento del ordenador haciendo que este funcione mucho más lento de lo normal. Un claro ejemplo de estas funciones la indexación de archivos, pudiendo aumentar notablemente la velocidad del PC si decidimos desactivarla.
Hasta Windows 7, buscar archivos en el PC era una pesadilla, ya que el sistema tenía que ir uno por uno intentando que cada fichero cumpliera con los criterios de la búsqueda. Con la llegada de Windows 7, Microsoft empezó a hacer uso de una función llamado indexador de archivos. Esta lo que hace es crear un índice con todos los archivos y sus propiedades para que, cuando busquemos algo, se consulte dicho índice para poder mostrarnos resultados casi en tiempo real.
El problema del indexador de archivos es que está constantemente comprobando y actualizando el índice. Y esto se traduce en un consumo mayor de recursos al usar el disco duro o SSD, y la CPU, para mantener al día esta base de datos. Por suerte, si no solemos usar el buscador a menudo es muy fácil desactivar esta característica para evitar que gaste recursos de manera innecesaria y hacer así que nuestro PC funcione mucho más rápido.
Desactivar el indexador de Windows
Aunque en las versiones antiguas de Windows era complicado desactivar esta función (ya que había que quitarla desde el registro), en Windows 10 y Windows 11 es muy fácil hacerlo. Para ello, lo que debemos hacer en primer lugar es ir a las propiedades del disco duro. Así, abrimos la ventana del explorador en «Este equipo», localizamos la unidad de Windows, que generalmente será C, y hacemos clic con el botón derecho del ratón sobre ella para abrir la ventana de propiedades.
En la parte inferior de esta ventana nos encontraremos con una opción llamada «Permitir que los archivos de esta unidad tengan el contenido indizado además de las propiedades de archivo«. Por defecto, estará activada.
Lo que tenemos que hacer es desmarcar la casilla para desactivar la indexación de los archivos. Pulsamos sobre «Aplicar» para que se guarden los cambios (seguramente veamos una barra de progreso mientras se desindexa el contenido) y esperamos a que finalice el proceso. Listo. Ahora ya el disco duro no estará indexando constantemente los archivos del PC y, aunque las búsquedas serán mucho más lentas, el PC, en general, funcionará más rápido.
¿Merece la pena desactivarlo?
El índice de archivos Windows, genera un registro de forma automática con todos los archivos se crear o copian en el dispositivo, un registro que se actualiza en tiempo real, por lo que siempre está en funcionamiento, de ahí que sea una importante fuente de consumo de recursos. Gracias al índice de archivos que crear, cuando queremos buscar archivo, el equipo tarda menos de un segundo en mostrarnos su ubicación, ya que lo único que hace es consultar el registro no realizar una búsqueda en todo el equipo.
Si no tenemos la necesidad de realizar búsquedas de archivos en el equipo porque utilizamos una estructura de archivos que nos permite encontrar en el que necesitamos en cada momento, podemos olvidarnos del índice de archivos para siempre. Sin embargo, si organizar nuestros documentos no es una opción, y tenemos todos los archivos en un directorio único, al desactivar el índice de archivos, nos obligará a esperar a que Windows analice todos los archivos almacenados en el equipo hasta encontrar el que estamos buscando.
Otras funciones que consumen recursos en el PC
Además del indexador, Windows tiene otras muchas funciones y características que, aunque intentan mejorar la experiencia de uso, en realidad lo que hacen es consumir constantemente recursos en el PC, haciendo que Windows vaya lento. Algunas de ellas, y que igualmente podemos desactivar, son:
- Programas de Microsoft al inicio. Teams, Edge y muchos otros programas, que vienen instalados de serie en el PC, se abren al encender el PC. Podemos quitarlos para liberar memoria y que el ordenador encienda más rápido. Esto es algo que podemos ajustar de manera sencilla desde el Administrador de tareas del propio Windows. Además, y de manera paralela esto es algo que se hace extensible a las aplicaciones de terceros que instalamos nosotros mismos en Windows. Muchas de ellas se establecen sin que nos demos cuenta y de forma predeterminada en el inicio del sistema con el consiguiente consumo de recursos, muchas veces de forma innecesaria.
- Cortana. El asistente de Microsoft no sirve para nada, pero consume muchos recursos en el PC. Por tanto, debemos desactivarlo siempre para mejorar el rendimiento. De ahí precisamente que Microsoft ya haya tomado la determinación de eliminar este asistente por completo de su sistema operativo.
- Windows Defender. El antivirus de Microsoft nos protege de distintas amenazas, pero es uno de los que más ralentiza el PC. Cambiar a otra suite de seguridad nos puede ayudar a ganar fluidez. Aunque también podemos tomar la determinación de desactivar temporalmente este antivirus mientras llevamos a cabo determinadas tareas que consumen muchos recursos, para volver a activarlo posteriormente.
- Efectos. Con los efectos, el escritorio parece más bonito, pero el PC, en general, irá mucho más lento. Otra función que debemos quitar del PC para ganar rendimiento a pesar de que la interfaz del sistema operativo de Microsoft pierda algo de atractivo.
- Programas que siguen funcionando en segundo plano. Hay determinadas aplicaciones de extrema importancia en nuestro ordenador que una vez que las cerramos, en ocasiones continúan funcionando en segundo plano. Uno de los ejemplos más significativos que encontramos aquí lo vemos en Google Chrome que cuenta con una función que podemos activar o desactivar para continuar ejecutando aplicaciones en segundo plano una vez lo hemos cerrado. Evidentemente sí disponemos de un equipo limitado en cuanto a recursos, deberíamos desactivar esta herramienta.