Además del sistema operativo como tal, en nuestro ordenador tendemos a instalar y utilizar multitud de programas que nos son de utilidad. Estos pertenecen a todo tipo de entornos y modos de uso, ya sean navegadores, editores de fotos, reproductores multimedia, antivirus, etc. Pero además de la importancia de las aplicaciones como tal, también debemos tener en cuenta sus actualizaciones.
El propio sistema operativo de Microsoft, así como sucede en otras propuestas como las distribuciones de Linux, traen preinstaladas una serie de aplicaciones. Pero con todo y con ello la mayoría de los usuarios solemos instalar las que preferimos descargándolas desde las tiendas oficiales o desde sus sitios web. Dependiendo del tipo del trabajo que vayamos a realizar con nuestro ordenador, descargamos unos títulos u otros.
Ya os hemos comentado en multitud de ocasiones que lo más recomendable en estos casos es bajar esas soluciones software desde sus webs oficiales. Esto nos proporciona la seguridad de obtener la más reciente versión y libre del código oculto. Con todo y con ello estos títulos de los que os hablamos cada cierto tiempo tienen que renovarse de algún modo. Ya sea para corregir fallos, añadir nuevas funciones, instalar parches de seguridad, etc. esto es algo que los desarrolladores de estos logran a través de las actualizaciones que nos envían de manera casi constante.
Esto nos permite el poder trabajar durante años con un programa completamente funcional y seguro sin problema alguno para nuestro ordenador. Pero seguro que en más de una ocasión nos hemos encontrado con que una de esta aplicación es que llevamos utilizando mucho tiempo, de repente deja de recibir actualizaciones. Aunque en un principio no nos preocupemos por ello, a largo plazo esto se puede convertir en un serio problema. Por tanto, os vamos a hablar de algunas soluciones o medidas que debéis tomar para evitar estos problemas.
Buscar alternativas que reciban actualizaciones
Si normalmente tenemos un especial cuidado en todo lo relacionado con la seguridad al trabajar en nuestros ordenadores, la mejor solución aquí es cambiar de aplicación. La gran mayoría de los programas actuales cuentan con una amplia variedad de alternativas similares entre las que podemos elegir.
Por tanto, si nos vemos en la obligación de deshacernos de un título que no recibe actualizaciones, podemos buscar una propuesta similar que se adapte a lo que necesitamos. Evidentemente nos tenemos que decantar por algún otro programa similar que por supuesto siga teniendo soporte por parte de sus desarrolladores.
Evitar que el programa se conecte a internet
Cuando estamos trabajando con una determinada aplicación que hace tiempo que no se actualiza de manera oficial, puede estar expuesta a las más recientes vulnerabilidades. Generalmente estos fallos de seguridad nos pueden afectar de manera negativa a través de internet. De hecho, es por donde nos llegan los ataques en la mayoría de los casos. Si nos vemos en la obligación de seguir trabajando con un determinado título desactualizado, en la medida de lo posible deberíamos intentar que no trabajase con funciones online.
Con esto lo que os queremos decir es que limitemos su utilización a unos modos de uso locales, sea cual sea su función.
Ponernos en contacto con el desarrollador
Se puede dar el caso de que este programa que usamos a diario haya sido abandonado por sus desarrolladores, por la razón que sea. Pero esto no siempre es así, por lo que en determinadas ocasiones nos será de ayuda contactar con estos. A veces nos podrán resolver las dudas que tenemos acerca de estas actualizaciones. Y es que antes de tomar medidas más drásticas se puede dar el caso de que los creadores del proyecto se hayan tomado un descanso o están preparando alguna actualización futura.
De esa manera ya sabremos que este no es un proyecto totalmente abandonado, incluso podremos recibir algunos útiles consejos de uso esa aplicación.