A pesar de disponer de un PC potente de sobremesa que usamos a diario, en ocasiones buscamos un dispositivo secundario de reducidas dimensiones. Pues bien, un Raspberry Pi puede cumplir a la perfección las necesidades que tengamos en este caso. Este es un dispositivo que se ha ganado el respeto de muchos y que es popular en casi todo el mundo.
Hablamos de una placa de reducidas dimensiones que nos permite montar nuestro propio mini PC a base de componentes que vayamos seleccionando y conectando. De esta manera dispondremos de un equipo de reducidas dimensiones para utilizar en tareas un tanto específicas, o incluso como ordenador principal. Eso sí, dependiendo del tipo de uso que hagamos de este equipo, tendremos que elegir un sistema operativo u otro. En este sentido tenemos varias propuestas entre las que elegir, aunque la más popular desde hace tiempo es el sistema Raspberry Pi OS, anteriormente conocido como Raspbian.
Podríamos decir que este es un software genérico y especialmente diseñado para este tipo de productos hardware. Pero al mismo tiempo podemos encontrar otros para convertir nuestro dispositivo Raspberry Pi en una consola retro, en un servicio de almacenamiento en la nube propio. Son muchos los usos que, como os contamos, podemos hacer de este equipo. Tal es su popularidad que recientemente los desarrolladores del mencionado sistema operativo han lanzado una versión de 64 bits de este.
Lo que ahora muchos usuarios se pueden preguntar es hasta qué punto les puede resultar interesante utilizar un sistema de 64 bits en su Raspberry Pi. No es necesario decir que aquí encontramos algunas interesantes ventajas, pero también algunos problemas e inconvenientes, como veremos a continuación.
Por qué no usar un sistema e 64 bits en Raspberry Pi
Pues bien, lo primero que debemos saber en este sentido es que para aprovechar las ventajas que nos propone este sistema operativo de 64 bits, es necesario disponer de un hardware en concreto. Nos referimos a que nuestra Raspberry Pi debería disponer de 4 u 8 gigas de memoria RAM para sacar provecho a este software. Esto quiere decir que las versiones más antiguas del mini PC no podrán exprimir al máximo esta arquitectura. Por tanto, migrar de un sistema de 32 bits a otro de 64 en este caso no tiene demasiado sentido en la mayoría de las ocasiones.
Además, debemos tener en consideración que si llevamos a cabo esta migración podríamos tener algún problema a la hora de ejecutar determinadas aplicaciones. Os contamos todo esto porque la llegada de la arquitectura de 64 bits a Raspberry Pi es relativamente nueva. Esto quiere decir que algunos desarrolladores aún no han enviado versiones con dicha arquitectura a sus usuarios. De esta manera diremos que tan solo hay versiones de 32 bits correspondientes a determinados programas, lo que podría suponer un problema.
Es más, si utilizamos un navegador de internet con arquitectura de 32 bits en un sistema de 64, tendremos serios problemas a la hora de reproducir contenidos vía streaming. Esto quiere decir que al ver nuestras películas y series en plataformas como Netflix, Amazon o HBO, estos vídeos podrían no ponerse en funcionamiento.