Windows es un sistema operativo que está en constante desarrollo. Microsoft lanza todos los meses actualizaciones para su sistema operativo con las que ir corrigiendo errores y fallos en el sistema, solucionar vulnerabilidades y añadir nuevas funciones y características. Estas actualizaciones son siempre gratuitas, y la mayoría de ellas llegan automáticamente a nuestro ordenador para poder estar siempre a la última. Sin embargo, hay un problema que, desde hace años, trae de cabeza a los usuarios: ¿por qué las actualizaciones de Windows tardan mucho en instalar?
Antes de nada, lo primero que debemos tener en cuenta aquí es que a pesar de la controversia que generan algunas de estas actualizaciones de Windows, son elementos clave para el crecimiento del sistema operativo. Cierto es que en algunas ocasiones los usuarios se han encontrado con ciertos problemas ahora descargar o instalar estos elementos software en sus equipos. Es por ello que otros muchos toman la determinación de retrasar o incluso anular para siempre la instalación de estas actualizaciones o parches.
Eso es un grave error, ya que, por un lado, estaríamos descartando la llegada de las más recientes funciones desarrolladas por la propia Microsoft. Con todo y con ello quizá el mayor problema de no instalar las actualizaciones de Windows es que quedamos expuestos a las últimas vulnerabilidades descubiertas para el propio sistema operativo. Una cosa es retrasar un determinado parche o actualización a la espera de que se resuelvan ciertos problemas, y otra muy diferente es no instalar ese software nunca. A continuación, os vamos a hablar de los diferentes tipos que podéis encontrar para así poder elegir mejor.
Distintos tipos de actualizaciones de Windows
Una vez tenemos clara la importancia de estos elementos software que de manera periódica llegan a nuestro equipo, veamos cuál es la distinción que hace Microsoft. Así podremos tomar una decisión más acertada en el caso de que nos decantamos por retrasar la llegada de alguna actualización o parche.
El sistema operativo de Microsoft cuenta con tres tipos de actualizaciones diferentes:
- Actualizaciones de seguridad. Estos parches, como su nombre indica, se centran en corregir distintos fallos y problemas de seguridad que pueden suponer un problema para los usuarios, su seguridad y sus datos. Estos parches se lanzan una vez al mes. Son obligatorias para todos los usuarios, y se instalan automáticamente y sin preguntar.
- Parches de calidad. Estas actualizaciones se centran en corregir todos aquellos fallos y errores no relacionados con la seguridad. Corrigen fallos que hacen que el sistema se bloquee o reinicie, y corrige problemas de rendimiento con el PC. Igualmente, estas actualizaciones llegan una vez al mes.
- Actualizaciones de características. Estas actualizaciones destacan por traer a los usuarios nuevas funciones y características, tanto internas en el sistema como en funciones o programas que podemos usar. Son menos frecuentes que las anteriores, ya que suelen llegar dos veces al año o, a partir de Windows 11, una vez al año.
A finales de cada mes, Microsoft lanza sus parches de seguridad en forma de actualización opcional. Es decir, los usuarios pueden elegir si quieren bajar e instalar estas actualizaciones, o dejarlas pausadas y sin instalarlas, al menos de momento. El segundo martes de cada mes, Microsoft lanza lo que se conoce como «martes de parches», una serie de parches con los que corregir todos los problemas de seguridad descubiertos en el último mes. Estos parches de seguridad son obligatorios, y junto a ellos, Microsoft incluye las actualizaciones de calidad del mes pasado.
Por último, las actualizaciones de características son aquellas que nos permiten instalar las nuevas versiones de Windows. Incluyen todo tipo de novedades y mejoras lanzadas anteriormente y, además, también todos los parches y todas las correcciones lanzadas hasta la fecha.
Cuánto tarda Windows en actualizar
El tiempo que tardan las actualizaciones de Windows en instalarse en el PC puede ser muy variado. Por ejemplo, no se tarda lo mismo en instalar una nueva versión completa del sistema operativo que los parches de seguridad que se lanzan todos los meses. En Windows 10 vamos a un poco a ciegas con la esperanza de que el proceso no nos tenga horas sin poder usar el PC. Con Windows 11, Microsoft nos hace una estimación de lo que tardará el proceso de actualización.
Además, el tiempo que tardan las actualizaciones de Windows en instalarse dependerá también mucho del hardware del PC. Por ejemplo, si el ordenador tiene una buena CPU, y además monta un SSD o un NVMe, el tiempo que tendremos que esperar hasta que se complete la instalación será mucho menor que el tiempo que tarden en instalarse si usamos un disco duro convencional.
Según Microsoft, cuando vamos a actualizar Windows debemos hacerlo teniendo en mente que el proceso puede tardar hasta 8 horas en completarse. Y es que, aunque bajemos e instalemos los parches en el PC, aunque el proceso termine, Windows Update no deja de realizar cambios y ajustes en el ordenador hasta horas después. Por tanto, aunque pensemos que nuestro PC ya está actualizado, es posible que aún le queden horas en segundo plano hasta realmente poder estar al día y no dar problemas. Por suerte, no tenemos que estar pendientes de él estas ocho horas, sino que solo con tenerlo encendido y conectado a Internet es suficiente.
Eso sí, debemos tener presente que las ocho horas mencionadas por la propia empresa qué puede tardar un equipo en actualizarse, no es lo habitual. Si disponemos un ordenador muy antiguo o bastante limitado en cuanto a sus especificaciones hardware, se podría dar el caso, pero lo normal es que tarde bastante menos. Con todo y con ello en algunas ocasiones sí que nos podemos sentar a esperar durante varias horas mientras nuestro ordenador recibe e instala una gran actualización de Windows.
Y es que debemos tener en cuenta que, en el tiempo empleado en esta situación tan delicada del sistema operativo de Microsoft, afectan muchos factores. De hecho, en estas mismas líneas os vamos a hablar de algunas consideraciones que debéis tener presentes para así mejorar el tiempo de actualización. Al mismo tiempo vamos a conseguir que los posibles problemas que se puedan dar tanto en la descarga como en la instalación de este software que nos envía a Microsoft, se reduzcan de manera importante.
Windows tarda mucho: causas y soluciones
Lo primero que debemos tener en cuenta es que, dependiendo del tamaño de las actualizaciones, estas pueden tardar más o menos tiempo en completarse. Lo primero de todo es que, siempre que se va a instalar una actualización, el sistema crea un punto de restauración de manera que, si algo sale mal, se puedan revertir los cambios. Además, cuando se trata de una actualización grande (una nueva versión), se crea una copia de seguridad íntegra del sistema (que puede ocupar hasta 30 GB), lo cual alarga considerablemente el proceso.
Si todo va bien, esta copia se elimina automáticamente pasados 10 días. Como os podréis imaginar esto nos permitirá liberar una buena cantidad de espacio sin que nosotros tengamos que interactuar en absoluto en el proceso.
También existen otros factores que puedan influir en que el tiempo de instalación se alargue hasta la eternidad. Uno de estos motivos es que los servidores de Microsoft se encuentren colapsados, algo común cuando se lanzan nuevas versiones y hay muchos usuarios bajando las actualizaciones al mismo tiempo. Además, el proceso puede llegar a ser mucho más lento si, en vez de un SSD o una conexión de fibra, tenemos un disco duro convencional, este está lleno o tiene poco espacio disponible, o usamos una conexión lenta.
Con todo y con ello ahora os vamos a hablar de algunos consejos que deberíais tener en cuenta para poder acelerar la descarga e instalación de estas actualizaciones de Windows son:
- Tener una buena conexión a Internet. Si aún nos conectamos por ADSL, o nos conectamos por Wi-Fi a una señal muy lenta, pueden ser los motivos por los que el ordenador tarda mucho más en bajar e instalar las actualizaciones. No cabe duda de que aquí lo más recomendable es decantarnos por utilizar un cable Ethernet, aunque solo sea durante el tiempo que tarde en descargar la actualización que nos envía a Microsoft desde sus servidores.
- Montar un SSD o un NVMe en el PC. Los discos duros clásicos son, hoy en día, demasiado lentos como para poder trabajar con ellos con fluidez. Debemos pensar en cambiar este HDD por una unidad de almacenamiento en estado sólido que sea mucho más rápida. Evidentemente los actuales discos SSD son mucho más rápidos tanto en lectura como en escritura, de ahí que, si disponemos de uno de estos para actualizar el sistema operativo, el proceso tardará mucho menos tiempo.
- Tener espacio suficiente en el disco. Si nuestro disco duro está lleno, o tiene poco espacio, Windows tendrá que mover archivos y realizar otras tareas que pueden sumar mucho tiempo al proceso de actualización. Y, además, si se queda sin espacio tendremos errores de actualización. Al igual que sucede a la hora de mejorar el rendimiento general del ordenador, también es importante liberar espacio antes de recibir e instalar una gran actualización de Windows. Con todo ello evitamos posibles problemas que se puedan dar y aceleramos el proceso.
- No uses el PC mientras de actualiza. No todo depende de la conexión a Internet o el disco duro. Si estamos haciendo uso intensivo de la CPU, esta no podrá trabajar con fluidez con las actualizaciones. Con todo esto lo que os queremos decir es que a la hora de instalar una gran actualización en el equipo lo mejor que podemos hacer es programarla o llevar a cabo el proceso por la noche. Así nos aseguramos de que no vamos a necesitar el PC para nada y todo el proceso se llevará a cabo lo antes posible.
- Desactiva el antivirus instalado en el equipo: a pesar de que se ha convertido en un software imprescindible en la mayoría de los ordenadores basados en Windows, los antivirus en ocasiones son una importante fuente de problemas. Esto se debe fundamentalmente a ciertas incompatibilidades que generan en determinados modos de funcionamiento y que afectan negativamente al rendimiento del equipo. Esto es algo que se puede hacer perfectamente extensible a las situaciones que os mencionamos para actualizar Windows. Lo mejor que podemos hacer aquí es desactivar ese software de seguridad durante el proceso para volver a ponerlo en funcionamiento más adelante.
- Cierra todos los programas en ejecución: cuando una aplicación está en funcionamiento en Windows no sabemos si está haciendo uso de internet o no. En el caso de que tengamos problemas a la hora de actualizar el equipo lo mejor que podemos hacer es cerrar todo el software durante el proceso.
Por último, también puede ocurrir que nuestro problema se encuentre directamente relacionado con Windows Update. Así pues, podemos ir al apartado «Configuración > Actualización y seguridad > Windows Update» y revisar que todo se está instalando con normalidad. Y, si hay muchos errores, podremos ejecutar el solucionador de problemas de Windows Update para detectar, y reparar, estos errores.
Programa la actualización y evita problemas
Ya os hemos hablado de que hay múltiples razones por las que el sistema operativo de Microsoft puede emplear mucho más tiempo del esperado en un principio para instalar una actualización. Debemos tener en cuenta que estos elementos software son sumamente importantes para el correcto funcionamiento de Windows y para proteger nuestro equipo ante posibles ataques externos. Esto quiere decir que, aunque tarde demasiado tiempo, más tarde o más temprano vamos a tener que pasar por el aro e instalar es el lanzamiento que nos hace llegar el gigante del software.
Si hacemos un uso intensivo de nuestro equipo con regla general y a lo largo del día, por ejemplo para trabajar, siempre tendremos la posibilidad de programar la llegada de estas actualizaciones para cuando esté liberado. Con esto lo que logramos es que el propio sistema descargue e instale estos elementos cuando no estemos usando el PC en absoluto, con lo que se reducen de manera ostensible los posibles fallos que alargan el proceso en el tiempo. Esto es algo que podemos llevar a cabo desde la aplicación de Configuración de manera sencilla con tan solo modificar el apartado de Horas activas.
Con esto lo que logramos realmente es decirle a Windows cuándo vamos a dejar el equipo libre para que intente descargar e instalar estos elementos software de los que os hemos hablado.
Utilizar el catálogo de Microsoft y actualizar a mano
No hace falta decir a estas alturas que en la mayoría de las ocasiones y a la hora de instalar las diferentes actualizaciones y parches de Windows, usamos la función integrada del sistema operativo. Aquí nos referimos a Windows Update, una útil herramienta que encontramos en la aplicación de Configuración. Esta, como hemos visto, nos permite actualizar el software de Microsoft casi de forma automática sin que tengamos que interactuar en absoluto en el proceso.
Pero como os hemos comentado, en ciertas ocasiones nos vamos a encontrar con que todo esto tarda varias horas de manera inesperada. Ya sea culpa nuestra, de los servidores de la empresa, o de un mal funcionamiento del equipo, lo cierto es que este problema se puede convertir en algo bastante molesto. De ahí que también tengamos la oportunidad de echar mano del denominado como catálogo de actualizaciones de la propia Microsoft.
Para aquellos que no la conozcáis, os diremos que esta es una página web habilitada por el propio gigante del software en la que nos ofrece todos los parches y actualizaciones de las versiones que reciben soporte de Windows. En el momento en el que lanza una nueva actualización o parche, la pone a disposición de todo el mundo y gratuitamente en esta página web. Por tanto esto nos ofrece la posibilidad de descargar esos elementos software e instalarlos nosotros mismos a mano para actualizar el equipo.
Para todo esto que os contamos no tenemos más que acceder a este enlace desde nuestro navegador web favorito. A continuación podemos realizar búsquedas sobre las actualizaciones que nos interesa instalar para que aparezcan en pantalla todas sus versiones compatibles para los diferentes sistemas disponibles. En ese instante ya podemos descargar el parche o actualización para instalarlo cuando mejor nos venga en nuestro equipo basado en Windows.