Que Windows falla no es ninguna novedad. El sistema operativo de Microsoft puede estar funcionando perfectamente durante meses y, de repente, de un día para otro, dejar de arrancar. El por qué puede pasar esto depende mucho del azar. Por ejemplo, puede que un programa haya corrompido el sistema, que se haya dañado un driver, e incluso que una actualización se haya quedado atascada y nos impida arrancar el sistema con normalidad. Sea por el motivo que sea, Windows esconde un as en la manga con el que, por muy grave que sea el error, podamos arrancar el PC. A este as se le conoce como Modo Seguro.
El Modo Seguro, o modo a prueba de fallos, es un modo especial que nos permite arrancar el sistema operativo con lo estrictamente necesario para que funcione. Al iniciar el PC en este modo, lo que hacemos es cargar solo los, drivers oficiales de Microsoft, así como los procesos que estén firmados por la compañía. Se desactivan, por tanto, todos los controladores de terceros, programas y servicios que puedan ser los responsables de que algo vaya mal.
Al deshabilitar todo esto, nos aseguramos de que ningún programa ni controlador de terceros pueda dar problemas. También es efectivo contra los virus, ya que, al no tener la firma de Microsoft, no puede arrancar en este modo, por lo que podemos eliminarlo.
Eso sí, debemos tener en cuenta que este modo es limitado. No podremos lanzar muchos programas al no tener ciertos servicios en funcionamiento. Tampoco podremos instalar muchos programas, ya que los instaladores no funcionan. Lo que sí podremos hacer es acceder a todos nuestros archivos personales, así como desinstalar programas que puedan estar dando problemas.
Para lanzar este modo, podemos forzar el apagado del PC durante el arranque 5 veces seguidas, o si estamos dentro de Windows mantener pulsada la tecla shift mientras hacemos clic sobre reiniciar.
Inicio avanzado
Cuando el Modo Seguro no funciona, es que nuestro PC tiene un error ya muy grave que afecta a los archivos esenciales del sistema operativo. Entonces, lo que debemos hacer es intentar reparar el sistema desde otro apartado llamado «Inicio Avanzado». Es fácil que ya hayamos visto este apartado en alguna otra ocasión. Por ejemplo, tras un apagado inesperado del sistema. Se caracteriza por mostrar una pantalla azul con distintas opciones en letras blancas.
Aunque la verdad es que, si no podemos iniciar Windows en Modo Seguro, la cosa pinta mal. Sin embargo, desde este inicio avanzado sí que podemos probar algunos trucos para intentar que nuestro PC vuelva a funcionar:
- Abrir símbolo de sistema y ejecutar DISM, CHKDSK y SFC.
- Usar un punto de restauración para recuperar el sistema. Se dejará el PC tal cual estaba en el momento de la creación, volviendo a funcionar (casi) siempre.
- Desinstalar las últimas actualizaciones. De esta forma, si ha sido una de ellas la que ha corrompido el sistema, podremos recuperarlo.
- Restablecer (reinstalar) Windows sin perder los datos. Además, en este proceso aprovechamos para bajar la última versión desde la nube e instalarla.
- Ejecutar el antivirus que tengamos instalado en el sistema, por ejemplo, Windows Defender, para localizar posibles códigos maliciosos que estén afectando el arranque y funcionamiento de nuestro ordenador.
- Restaurar en el PC dañado la última copia de seguridad que hayamos realizado, ya sea de forma manual o automática, de todo el sistema operativo. Normalmente está la almacenamos en un dispositivo externo o en la nube.
- Deshacer el último cambio realizado en la configuración del sistema operativo de Microsoft por si esto está afectando de forma negativa al funcionamiento general de Windows por alguna razón.