De entre los muchos programas de los que podemos hacer uso en Windows o en cualquier otro sistema operativo, los antivirus se encuentran de entre los más importantes. Esto se debe a una razón bien sencilla, y es que estos son los programas que se encargan de proteger los datos almacenados en nuestros equipos.
De hecho, tal y como hemos comentado en innumerables ocasiones, este tipo de software en concreto es algo casi obligatorio en la mayoría de los equipos actuales. De hecho el propio Windows 10 cuenta con su propia solución de seguridad integrada y a disposición de los usuarios, Windows Defender. Pero igualmente, para todos aquellos a los que no les termine de convencer esta propuesta de Microsoft, pueden echar mano de una buena cantidad de software de terceros. De hecho son muchas las firmas que desde hace años se encargan de ofrecer sus productos de seguridad, algunas de forma gratuita, otras de pago.
Como no podía ser de otro modo, las funciones que estas alternativas son capaces de ofrecernos, son de los más variado dependiendo de varios factores. Aquí entran en juego elementos tales como el desarrollador, el tipo de licencia, la versión etc. Sin embargo sea el antivirus que sea, este debe acometer unas tareas básicas de protección, de lo contrario no servirían de nada.
Es por todo ello que a continuación os vamos a hablar de algunos pasos básicos que debéis dar a la hora de poner en marchar un programa de este tipo recién instalado.
Asegurarnos de instalar la última versión
Lo primero que debemos hacer es asegurarnos de que disponemos de la versión más reciente del antivirus. Esto es algo que podemos llevar a cabo, bien desde la propia web del desarrollador, o intentado actualizar el programa desde sus menús. Cada uno funciona de un modo diferente, pero este paso es importante para poder aprovechar tanto las últimas funciones, como la protección del software.
Actualizar base de datos
Y no solo se trata de actualizar el antivirus como tal, sino que además es igualmente trascendental que en el mismo dispongamos de la última base de datos. Esta es la que lanzan los desarrolladores e integran en sus proyectos para que estos sean capaces de detectar los más recientes tipos de ataques. Hay que tener en cuenta que por regla general estas bases de datos se actualizan cada poco tiempo, por lo que debemos estar atentos para una mayor protección.
Escanear el equipo en profundidad
Una vez nos hemos asegurado de que está todo correctamente actualizado, vamos a analizar el estado del equipo con Windows. Normalmente disponemos de varios tipos de análisis en los antivirus, pero por ser la primera vez, deberíamos decantarnos por el más profundo para que se analice todo. Esto es algo que va a llevar unos minutos, pero merece la pena. Así, una vez que sabemos que todo está limpio, ya podemos dar el siguiente paso.
Configurar los análisis periódicos
Una vez que ya hemos analizado el equipo por completo y eliminado el posible malware existente, ahora debemos programar el antivirus. Esto ya dependerá de cada uno, pero os recomendamos programar un análisis rápido diario, además de uno más profundo al menos una vez a la semana. Además podemos programar todo ello cuando no estemos usando el PC, por ejemplo, así no notaremos la posible bajada de rendimiento del equipo.