La presencia de un antivirus en nuestro ordenador es algo habitual desde hace décadas. Si bien con la llegada de Internet se ha vuelto poco menos que indispensable si queremos mantener a salvo nuestra seguridad y privacidad en la red. Con la llegada de Windows 10, Microsoft introdujo su propio antivirus predeterminado, Windows Defender, que al contrario que su predecesor, se ha convertido en una opción más que decente y gratuita para mantenernos a salvo de virus y malware.
El antivirus de Microsoft es de por sí bastante confiable tal y como viene instalado y configurado. Sin embargo, si queremos ir un poco más allá, podemos aplicar algunos cambios y configuraciones que podemos realizar para mejorar aún más su rendimiento si nos preocupa la seguridad y queremos evitar a toda costa ser víctima de cualquier tipo de malware.
Programar y realizar análisis completos con Windows Defender
Puede que el apartado más conocido de un antivirus sea la posibilidad de realizar escaneos para comprobar que no hay ningún intruso en nuestro sistema que nos deba preocupar. Defender cuenta con una protección siempre activa y en tiempo real que se encarga de revisar los archivos y carpetas cada vez que lo abrimos. Además, podemos realizar un análisis completo del sistema, realizando una comprobación exhaustiva de todos los archivos, discos y unidades del sistema, tanto interno como externo. Si tenemos duda de que podemos tener algún virus, es la mejor opción para comprobarlo.
De la misma manera, es posible que no queramos realizar este tipo de escaneos cuando estamos delante del PC, pues puede ralentizar el uso de otras aplicaciones. Por ello, antes de evitar su uso, podemos optar por la programación de escaneos, que nos permite elegir el día y la hora en la que queremos realizar el análisis. Esto es algo que debemos hacer a través del «Programador de tareas de Windows».
Protecciones imprescindibles que debemos activar
Para asegurarnos de que estamos protegidos frente a cualquier tipo de amenaza, hay algunos ajustes de Windows Defender que debemos mantener siempre activos. Una de las amenazas más importantes es el ransomware que se encarga de cifrar los archivos y sistemas. El antivirus de Microsoft cuenta con Protección contra el ransomware, que debemos de asegurarnos de activar. Desde este apartado podemos administrar y configurar la protección si activamos dicha opción. Podemos encontrarla en su apartado de «Protección antivirus contra amenazas».
Por otro lado, debemos tener activado también la Protección contra vulnerabilidades, desde donde podemos ver todos los tipos de vulnerabilidades y encargarse de mantenerlas controladas. No hay que olvidar que las vulnerabilidades del sistema pueden ser el principal objetivo del os piratas informáticos para conseguir el control de nuestro ordenador. Podemos acceder a ella desde el apartado de «Control de aplicaciones y navegación».
Además, no debemos de olvidar de activar el Firewall, y que nos servirá para filtrar que programas pueden o no tener acceso a Internet, permitiendo elegir si deseamos una red pública o privada, en función desde donde nos vayamos a conectar frecuentemente a Internet. Para maximizar su protección podremos crear nuevas reglas en el Firewall y así obtener un control aún más exhaustivo.