¿Qué debería hacer una inteligencia artificial para que todos -expertos y usuarios la consideren realmente «inteligente? En este punto recae el debate sobre la AGI: la inteligencia general artificial. Un tema sobre el que Sam Altman, CEO de OpenAI, y el físico David Deutsch, se han pronunciado.
No basta con que una IA pueda hablar, imitar o resuelva procedimientos complejos. La prueba final, según ambos, sería que una máquina lograse resolver uno de los grandes enigmas de la ciencia actual: la gravedad cuántica. Es decir, que pudiera resolverla y explicar cómo lo hizo, paso a paso y con lógica propia.
Esta idea puede sonar abstracta y lejana. Es como pedir a una IA que monte el puzzle más difícil del universo y cuente su historia como si fuera un descubrimiento humano. En caso de conseguirlo, ese hito marcaría el auge definitivo de la era de la inteligencia artificial. Demostraría que una IA no solo recopila dato y los trata inteligentemente, sino que puede investigar, pensar y crear como la mente de un genio. Por lo que, ¿cómo de cerca estamos de vivir esta revolución?
¿Puede una IA resolver el rompecabezas imposible de la física?
Imagínate que tienes un puzzle gigante en casa. Sabes dónde encajan algunas partes, pero hay una zona en el centro con piezas extrañas, sin dibujos, que nadie ha logrado completar en miles de intentos. Eso es, en esencia, y en versión científica, lo que los expertos llaman la «gravedad cuántica». Pero en términos estrictamente científicos, existen contradicciones conceptuales, entre las que destacan:
- El determinismo de la relatividad frente al probabilismo cuántico.
- Concepciones del tiempo radicalmente opuestas.
- La no-separabilidad cuántica, que choca con el límite de la velocidad de la luz de la relatividad.
En la vida diaria, los investigadores utilizan dos «reglas» para entender cómo funciona el universo: uno para los grandes cuerpos estelares, basada en la Teoría de la Relatividad de Einstein, y otro, precisamente, para el mundo más pequeño que se conoce, como los átomos, partículas o moléculas. Para este segundo mundo, se emplea la «mecánica cuántica». El truco está en que, aunque por separados, ambas teorías funcionan de maravilla, nadie ha conseguido unirlas para explicar escenarios donde se cruzan, como el interior de un agujero negro o el principio del universo.
Aquí es donde Sam Altman y David Deutsch han hecho acto de presencia. Ambos, referentes en la IA y la física, han propuesto un reto que cualquiera puede entender: si algún día una IA, como la futura «GPT-8», resuelve este puzzle irresoluble, y puede explicar el proceso, sería la prueba definitiva de que nos encontramos ante una entidad con inteligencia real. Es decir, que crea un conocimiento nuevo, que ningún humano ha logrado antes.
Haider.@slow_developerSam Altman proposed a future AGI test:if a model like «GPT-8» solved quantum gravity and could explain the reasoning behind its discovery
would that qualify as AGI?
David Deutsch agreed that it would qualify as AGI, making it a potential benchmark https://t.co/X8peVc7gEz
25 de septiembre, 2025 • 23:20
2.3K
157
La propuesta se originó durante una entrevista el pasado 25 de septiembre, en la sede de Axel Springer en Berlín, disponible íntegramente en YouTube.
| Fecha | Acontecimiento | Fuente/Referencia |
|---|---|---|
| 1915 | Einstein publica la Relatividad General, iniciando el conflicto. | Revista 'Annalen der Physik' |
| 1927 | Nace formalmente la Mecánica Cuántica. | V Conferencia de Solvay |
| 25/09/2025 | Altman y Deutsch proponen la gravedad cuántica como test de AGI. | Evento en Axel Springer (YouTube) |
| 2028 (est.) | Lanzamiento proyectado de GPT-8 según analistas del sector. | Informe 'Reuters Tech 2024' |
¿Cómo sería el proceso?
La IA tendría que investigar el problema, conectar pistas, descartar millones de soluciones falsas y construir poco a poco su explicación. Tal y como haría un investigador. Pero lo más importante en este punto no sería el fin, sino el «cómo» llegó a esa idea. Qué provocó que utilizara ese camino y qué piezas unió para ello. Eso supondría toda una revolución frente al conocido Test de Turing de 1950, el cual evalúa la capacidad de una mánica para imitar la conversación humana de forma indistinguible.
Pero en el panorama actual, a principios de este año, un informe publicó detalles sobre el acuerdo multimillonario de Microsoft y OpenAI, el cual definía la IAG como un potente sistema con la capacidad de generar hasta 100.000 millones de dólares en ganancias. Un proyecto que espera superar a las capacidades cognitivas humanas en el futuro. De conseguirlo, según Altman y Deutsch, estaríamos ante la frontera real de la inteligencia artificial general.
