La semana pasada Microsoft ha lanzado la primera versión de prueba de lo que será su próximo sistema operativo para escritorio, Windows 10. Lejos de ser un sistema operativo ya finalizado, pulido y listo para distribuirse, la verdad es que las primeras pruebas y los primeros análisis no han defraudado a aquellos que se han animado a probar el nuevo sistema operativo, sin embargo, ¿hasta qué punto es recomendable instalar el nuevo Windows 10 en un ordenador de trabajo?
Windows 10 llega con una serie de novedades que serán bien recibidas por la mayoría de los usuarios. Entre estas novedades se encuentra un mejorado menú inicio que ofrece a la vez las funciones del menú inicio convencional de Windows 7 y las novedades de la interfaz ModernUI de Windows 8 y Windows 8.1. Igualmente ahora las aplicaciones de Modern UI no se ejecutan por defecto a pantalla completa, sino que es posible hacerlo en una ventana individual sobre el escritorio como cualquier otra aplicación.
Analizando Windows 10 en profundidad vemos que por el momento únicamente se trata de un sistema Windows 8.1 con una capa de personalización e incluyendo la serie de características que este sistema debería haber incluido desde sus inicios. Aunque la base del sistema operativo parece estable, las nuevas características aún se encuentran en fase experimental y pueden contener tanto errores de estabilidad y de rendimiento como fallos de seguridad que pueden comprometer la integridad de nuestro trabajo y de nuestros archivos.
Por el momento lo único que llama la atención del nuevo sistema operativo es el renovado menú inicio, nuevas herramientas y funciones para la ventana de CMD y la posibilidad de utilizar escritorios virtuales, sin embargo, en un futuro ofrecerá mucho más. Como podemos ver la mayoría de las novedades que vienen con este sistema operativo se pueden obtener igualmente en Windows 8.1 con aplicaciones desarrolladas por terceros programadores. La mayoría de las novedades que por el momento obtendríamos instalando Windows 10 serían únicamente para la comodidad y poco útiles para un sistema de producción en donde los riesgos de estabilidad y seguridad serían mayores que las ventajas que nos ofrecería, por el momento, este sistema operativo.
Con el lanzamiento definitivo de Windows 10 podremos disfrutar de un único sistema operativo multiplataforma, sincronización completa entre varios dispositivos con Windows 10 y más funciones que simplificarán el uso del sistema operativo tanto en un ordenador convencional con teclado y ratón como en interfaces táctiles, sin embargo, por el momento no merece la pena y no es recomendable utilizarlo como sistema operativo de trabajo.
¿Qué inconvenientes podemos encontrar al utilizar Windows 10?
El nuevo sistema operativo de Microsoft aún no está finalizado y, como hemos indicado, puede tener problemas de estabilidad, seguridad e incluso es posible que algunos datos de los discos duros se corrompan por algún tipo de error y perdamos el acceso a ellos.
Igualmente muchas aplicaciones aún no habrán sido actualizadas para funcionar en este sistema operativo como ocurrió con el lanzamiento de 8 y 8.1 (muchos antivirus, por ejemplo), por lo que ese tipo de programadas no funcionarán en el sistema y es posible que los necesitemos para un uso diario o que hayamos pagado por una licencia que no vayamos a poder utilizar.
¿Podemos instalar Windows 10 en una máquina virtual?
Sí. En una máquina virtual (por ejemplo, con VirtualBox) podemos instalar y probar Windows 10, sin peligro a que algo salga mal y dañe nuestros archivos o haga que el sistema deje de funcionar.
Dentro de la máquina virtual no vamos a obtener el 100% del rendimiento que el nuevo sistema puede sacar de nuestro hardware, sin embargo, será más que suficiente para poder tener una primera toma de contacto con las novedades que Microsoft nos ha preparado y que nos llegarán de forma definitiva el próximo año.