En los tiempos que corren y desde hace unos años, Microsoft apuesta por su propio programa Edge como navegador por defecto en Windows. Pero esto no siempre fue así, ya que en el pasado la firma de Redmond tenía, y tiene, otro programa de este tipo que en su momento fue líder indiscutible del sector, hablamos de Internet Explorer.
Debemos tener en consideración que a medida que nuestras conexiones han ido ganando en velocidad y estabilidad, Internet ha pasado a formar parte importante de nuestras vidas. Al mismo tiempo los programas que nos ayudan en movernos por la red, los navegadores web, igualmente se han convertido en básicos en la mayoría de los equipos. Pero claro, estos son programas que, al igual que Internet como tal, para lo bueno y para lo malo no paran de evolucionar.
Hoy día tenemos un líder del sector que nos llega de la mano de Google con su Chrome, pero Microsoft quiere volver a ocupar un lugar importante. Por eso lanzó se segundo Edge, este ya basado en un motor Chromium. De este modo se presenta como una seria alternativa para millones de usuarios en todo el mundo. Es más, aquí no solo hablamos de PCs de sobremesa basados en Windows, sino que por ejemplo los móviles también tienen un papel fundamental.
Pero en estas líneas nos queremos centrar en un programa que en su momento fue el referente de este mercado, propiedad igualmente de Microsoft. Sin embargo, a pesar de ser un producto abandonado casi al 100%, lo seguimos encontrando en Windows 10. Eso sí, siempre tenemos la posibilidad de desinstalar Internet Explorer de Windows, algo que incluso vendrá bien por algunas razones, como veremos.
Para evitar conflicto con otros navegadores web
Como la mayoría de vosotros ya sabréis de primera mano, Internet Explorer es un programa que se podría considerar como abandonado. Esto se hace extensible tanto a sus desarrolladores, como a los usuarios de todo el mundo. Es por ello que estos últimos se decantan por usar otras propuestas como Firefox, Chrome, Edge u Opera, entre otros.
Por tanto, en determinadas circunstancias, Internet Explorer puede provocar algunos problemas relacionados con la compatibilidad en navegadores más actuales. Esta sería una buena razón para deshacernos de ese software que ya no usamos.
Internet Explorer es un espacio de disco desaprovechado
Eso por no hablar del espacio en disco que es programa ocupa de manera innecesaria. Cierto es que no se puede decir que el ahorro en el disco duro vaya a ser muy alto, pero seguro que los usuarios de PCs antiguos o un tanto limitados, lo agradecen. Más si tenemos en cuenta que estos son unos megas que podemos usar en otras tareas más útiles que en mantener un software que no abrimos desde hace años.
Eliminar Internet Explorer por motivos de seguridad
Una de las principales razones por las que en su momento comenzó el declive de este programa en concreto, fue por su seguridad. Comenzó a ser víctima de innumerables vulnerabilidades que Microsoft no fue capaz de solucionar en su totalidad. De ahí que millones de usuarios buscasen otras alternativas, y los de Redmond poco a poco fueron abandonando el proyecto.
Así que, si no tenemos pensado usar este programa nunca más en el futuro, para evitar que otros usuarios novatos lo ejecuten en nuestro PC, lo mejor es que lo desinstalemos.