En Windows 10, el sistema operativo en equipos de sobremesa más usado del mundo, si todo va bien, la mayoría de los usuarios están satisfechos. Pero claro, tal y como sucede con buena parte de las soluciones software que usamos a diario, este sistema no está exento de problemas y puede afectar a las unidades de disco.
Para empezar, como probablemente muchos de vosotros ya sabréis de primera mano, a pesar de la potencia de Windows 10, o debido a ella, los fallos son bastante comunes. También hay que admitir que la mayoría de los mismos no son especialmente graves, o se pueden solucionar de manera relativamente sencilla. De hecho el propio sistema operativo dispone de una serie de funciones integradas que básicamente se encargan de solucionar problemas por sí mismas.
Qué hacer ante los fallos de disco en Windows
Al mismo tiempo, tampoco hace falta ser un experto en ello para poder arreglar algunos fallos que se pueden dar en el uso diario con el software de Microsoft. Decir que estos fallos generalmente se dan por algún tipo de movimiento extraño o error del propio usuario. Pero eso no acaba ahí, sino que el mismo Windows 10, desde su base, también contiene errores desconocidos por sus creadores.
Este es el caso del que os vamos a hablar en este caso, un fallo un tanto inusual en el sistema operativo de los de Redmond, pero que nos puede acarrear un disgusto. En concreto nos referimos a que, de repente, la que generalmente tenemos como unidad secundaria de disco, D:, desaparece. Claro, esto se traduce en una clara pérdida de potencia de almacenamiento en el equipo, por lo que vamos a ver cómo podemos solucionar el error expuesto.
Por tanto, llegados a este punto, una de las primeras cosas que podemos hacer, es acceder a la función de Administración de discos de Windows. Esta la vamos a encontrar si pinchamos con el botón derecho del ratón sobre el botón del menú Inicio, donde ya vemos la entrada que buscamos aquí.
Así, pinchamos en la misma y entonces en pantalla aparecerá una nueva ventana donde podemos ver todas las unidades de disco y particiones del equipo. Además, merece la pena reseñar que en este apartado vemos tanto las particiones visibles, como las ocultas por el sistema.
Por tanto y como os podréis imaginar, esta funcionalidad nos va a ser de mucha ayuda para saber si tenemos otra adicional a la principal, C:. Entonces aquí sí que aparecerá, por lo que ya podremos intentar asignarle de nuevo la letra D: y que vuelva a estar disponible.
Cómo restaurar unidad de disco desaparecida
Para restaurar una unidad de disco que ha dejado de mostrarse en nuestro equipo, desde Windows podemos volver a restaurarla sin necesidad de utilizar aplicaciones de terceros.
Con el Administrador de discos
No tenemos más que pulsar sobre la misma con el botón secundario para asignarle la letra de unidad deseada.
Desde Símbolo de sistema
Pero esa no es la única solución de la que podemos echar mano para solucionar el problema al que nos referimos aquí. Por otro lado os vamos a mostrar otra posible salida, en esta ocasión haciendo uso de la línea de comandos de Windows. Así, para acceder a esta funcionalidad, escribimos el comando CMD en el cuadro de búsqueda del menú Inicio. Siempre es mejor acceder aquí con permisos de administrador. Pues bien, en la ventana que aparece, debemos ahora hacer uso de la orden Diskpart.
Esto nos dará paso a otra ventana en forma de terminal de comandos, donde en este caso ejecutamos el comando List Disk para ver si esta función nos detecta la unidad D:.
En caso afirmativo, eso quiere decir que la unidad está ahí, pero oculta por alguna razón. Por tanto, os recomendamos volver a hacer uso de la aplicación de Administración de discos mencionada anteriormente. En el supuesto de que no aparezca, hay muchas posibilidades de que la unidad D: tenga algún problema físico, es decir, que esté dañado el disco duro.
En ese caso la cosa ya se complica un poco más, ya que, si se trata de un fallo a nivel de hardware, la solución ya no es tan sencilla. Más si hablamos de componentes tan delicados como son las unidades de disco. Por tanto, en el caso de que se trate de un fallo del disco duro como tal, tendremos que acudir a algún profesional. Estos podrán intentar repararla, o al menos recuperar todo lo almacenado en estas. Esto no suele ser barato, por lo que ya todo dependerá de la importancia de la información guardada en esa unidad de disco dañada. De ahí, una vez más, la relevancia de las copias de seguridad periódicas de las que tantas veces os hemos hablado.
Eliminar la más reciente actualización de Windows
Ya hemos hablado en multitud de ocasiones de la importancia de la mayoría de los elementos y funcionalidades del sistema operativo de Microsoft. Con todo y con ello uno de los elementos a los que debemos dar especial prioridad es a las actualizaciones del sistema. Estos elementos tan queridos por algunos y temidos por otros, se podría decir que son básicos. Nos sirven a la hora de tener al día el software de los de Redmond. Las actualizaciones nos traen las últimas características lanzadas por la firma, así como mejoran las ya existentes, de ahí su importancia.
Pero eso no es todo, y es que al mismo tiempo estas se encargan de solucionar las más recientes vulnerabilidades que se hayan descubierto y que ponen en peligro la integridad del PC. Con todo y con ello y a pesar de su importancia, las actualizaciones también son uno de los mayores problemas ante los que siempre se enfrenta a la empresa. Y es que tras su instalación en muchas ocasiones nos podemos encontrar con todo tipo de problemas y fallos en el sistema operativo.
Esto es algo que puede afectar de manera directa a las unidades de disco, aún sin explicación alguna. Con esto lo que queremos decir es que en el caso de que haya desaparecido una de las unidades y no podéis acceder ni siquiera desde el explorador, una nueva actualización puede ser la culpable. Esto es fácil de comprobar, ya que, si recientemente hemos recibido instalado un elemento de estos, y a partir de ese momento apareció el problema, ya sabemos cuál es la fuente. Por tanto, lo mejor que podemos hacer es desinstalarla temporalmente a la espera de que Microsoft la complete corrija los fallos existentes. Para esto pueden pasar unos días o semanas.
Por tanto, os recomendamos que os situéis en la aplicación de configuración a través de la combinación de teclas Win + I. tras esto pinchamos en la sección de Actualización y seguridad / Windows Update. Para acabar no tenemos más que pinchar en Ver historial de actualizaciones / Desinstalar actualizaciones.
Escanear Windows en busca de malware
Otra de las posibles soluciones que podemos encontrar ante este problemático fallo, está relacionado directamente con la seguridad. Y es que los actuales ataques online con los que nos podemos encontrar pueden afectar a prácticamente cualquier apartado del sistema, incluyendo las unidades de disco. Por tanto, llegado el caso del que aquí os hablamos, quizá tampoco esté de más escanear a fondo el sistema operativo. Hay que decir que para esto no podría servir cualquier solución antivirus.
Eso sí, es preferible que nos aseguremos que la misma está debidamente actualizada y funcionando con su última versión lanzada por su desarrollador. Así, haciendo un escáner completo del equipo, se podría solucionar el fallo. Al mismo tiempo debemos tener en cuenta que si no disponemos de un antivirus de terceros, Windows 10 cuenta con uno. En concreto nos referimos a Windows Defender, un antivirus que no para de mejorar y crecer y que nos servirá a la perfección para estas tareas que os comentamos.
Por tanto, para todo esto que os contamos no tenemos más que acceder al mismo desde la aplicación de configuración de Windows 10. Aquí pinchamos en la opción de actualización y seguridad para después situarnos en Seguridad de Windows. esto nos dará posibilidad de realizar un análisis completo y en profundidad de todo el sistema en busca de códigos maliciosos.
Utilizar un USB de arranque
Si ninguno de los métodos que os hemos mostrado más arriba, permite volver a recuperar el acceso a la unidad que se ha perdido, la última opción que nos queda antes de abrir el equipo y comprobar si el motivo se debe a que las conexiones se han soltado, es utilizar una distribución Live de Linux para comprobar si tenemos acceso a la unidad. Linux es compatible con los sistemas de archivos utilizados por Windows, tanto NTFS como exFAT y FAT32, aunque estos últimos únicamente se utilizan para unidades que no gestionan el sistema operativo de Microsoft.
Si podemos acceder sin ningún problema desde Linux y este reconoce el disco duro con su correspondiente letra y ninguno de los métodos que hemos mostrado más arriba ha dado la solución al problema (algo bastante poco probable), la única solución que nos quedaría sería formatear la unidad desde Linux, si no tenemos acceso a ella desde Windows utilizando el sistema de archivos exFAT. Si utilizamos el sistema de archivos de Linux, ext4, nunca vamos a poder acceder desde Windows, ya que el sistema operativo de Microsoft no ofrece soporte para este sistema de archivos, por lo que nos quedaremos en la misma situación.
Si no nos llevamos bien con Linux, podemos utilizar Hiren’s Boot, una unidad de arranque que inicia el equipo utilizando Windows PE y que incluye un gran número de herramientas para recuperar discos duros, herramientas que nos pueden servir para encontrar el motivo por el que el equipo no acaba de reconocer el disco duro al que estamos tratando de acceder.