Como probablemente la mayoría de vosotros ya sabréis, el registro de Windows es un elemento que no se debería editar si no sabe lo que se está haciendo. Ya os hemos comentado en varias ocasiones que, si se va a modificar, lo recomendable es hacer una copia de seguridad del registro completo.
De hecho, incluso si conocemos un poco en profundidad este elemento y Windows 10 y Windows 11 en general, una copia de seguridad de este nunca va a estar de más. Es recomendable disponer de una por si algo va realmente mal en Windows por alguna razón. De ese modo al menos podremos recuperar el registro de manera sencilla por si el fallo está ahí. Con todo y con ello, en ocasiones nos podemos encontrar con errores menos graves relacionados con este mismo apartado.
Qué es el registro de Windows
El registro de Windows es, a grandes rasgos, una gran base de datos donde el sistema operativo guarda todo tipo de información relacionada con él y con todo el software que instalamos en el PC. En esta base de datos podemos encontrar información de todo tipo, desde la clave de Windows, y la clave de licencia de otros programas hasta configuraciones del sistema, ajustes propios del equipo, e incluso configuraciones y parámetros de los programas que tenemos instalados en el ordenador. Incluso podemos encontrar funciones ocultas y deshabilitadas del sistema operativo, y parámetros que nos permiten cambiar ciertos ajustes del SO (como el prefetching o el superfetching) que, de otra forma no se pueden modificar. Es decir, se trata de un elemento básico y esencial para que nuestro Windows funcione sin problemas.
Cada Windows tiene un único registro, y la mayor parte de esta base de datos es común para todos los usuarios. Sin embargo, cada usuario tiene una parte propia donde se guardan los ajustes y parámetros propios del usuario para poder trabajar con ellos con normalidad. Cualquiera puede modificar las entradas del registro, ya que el propio Windows nos ofrece una herramienta llamada «regedit» para este fin. Sin embargo, debemos tener en mente los riesgos que supone hacerlo.
Modificar el registro de Windows: motivos y riesgos
Es más, los usuarios más avanzados de Windows, en multitud de ocasiones echan mano de este elemento para así poder personalizar y configurar el sistema operativo, desde dentro, se podría decir. Pero claro, esto saben perfectamente los cambios que están llevando a cabo. Al mismo tiempo se pueden crear nuevas entradas con las que añadir funciones a Windows, o parámetros de control de este. Pero como os hemos comentado en innumerables ocasiones, si no tenemos muy claro lo que vamos a modificar, es mejor no hacer modificaciones aquí.
Con todo y con ello, los cambios que os vamos a mostrar a continuación son totalmente fiables, ya que antes de nada los probamos para comprobar su funcionamiento y fiabilidad.
Por ejemplo, si estamos intentando abrir un archivo y nos encontramos con el mensaje “Valor no válido para el registro”, eso significa que hay algo mal en este elemento de Windows. Eso sí, por supuesto el mensaje no nos dice lo que está mal, por lo que os vamos a dar una solución llegado el caso. Cabe mencionar que este es un error que aparece para ciertos formatos de archivo, aunque no para todos.
Lo primero que debemos hacer es prestar una especial atención al formato de archivo para el que aparece el error en pantalla. En realidad, lo que ha ocurrido es que la entrada del registro que le indica a Windows qué aplicación debe usar para abrir ese formato de archivo, está dañada. Por tanto, solucionar este problema es fácil, por lo que lo primero que debemos hacer es asegurarnos de tener al menos una herramienta instalada en el sistema que pueda abrir el tipo de archivo en cuestión.
Solucionar el fallo de “Valor no válido para el registro”
A continuación, hacemos clic con el botón derecho en el archivo que nos ofrece el fallo, con lo que seleccionamos la opción “Abrir con” en el menú contextual. Aquí no seleccionamos ninguna aplicación, en su lugar hacemos clic en la opción de “Elegir otra aplicación”. Después, en el menú que se abre, seleccionamos la app que deseamos utilizar a partir de ese momento para abrir el archivo y nos aseguramos de seleccionar la opción “Utilizar siempre esta aplicación para abrir archivos”.
Al aceptar el cambio, ese archivo que daba error de registro se abrirá con el software elegido, y cualquier otro fichero de ese tipo que ejecutemos en el futuro, se abrirá sin ningún problema. Es evidente que esto mismo lo podremos repetir para todos aquellos formatos de fichero que nos devuelvan este mismo fallo en el registro que os comentamos.
Con todo y con ello, como decimos nunca va a estar de más el tener guardada una copia de seguridad de este registro del sistema para así evitar disgustos en el futuro. Pero con todo y con ello, y más en un Windows que ya llevamos varios años usando, esto es algo que se puede convertir en un constante, y por tanto en una importante molestia. Por tanto, a continuación, os vamos a mostrar la manera de solucionarlo de un modo más efectivo para los formatos de fichero que más usemos en el sistema
Cambiar las aplicaciones predeterminadas en Windows
Y es que hay que tener muy en cuenta que en los tiempos que corren usamos una enorme cantidad de formatos de ficheros en Windows. Ya sea para entornos ofimáticos, relacionados con el ámbito multimedia o para cualquier otro tipo de uso, como el diseño, contamos con muchas extensiones de las que echar mano. Por regla general estas van asociadas, muchas de ellas, a un determinado programa o programas, todo ello dependiendo de su enfoque.
Así, cuando intentamos ejecutar alguna de ellas, inmediatamente Windows las relaciona con la aplicación con la que debe abrirse. Cuando esto no es así, es cuando cabe la posibilidad de que se produzca el error al que os hemos hecho referencia antes. Así, podemos especificar al sistema operativo con qué debe abrir ese archivo en concreto, como os hemos enseñado. Pero también es importante saber en este mismo sentido, que Windows nos permite personalizar las aplicaciones predeterminadas para cada tipo de uso, como vamos a ver.
Esto es algo que podremos llevar a cabo desde la propia aplicación de Configuración del sistema operativo. A la misma accedemos a la sección de Aplicaciones donde, en la parte izquierda de la ventana encontramos un apartado llamado Aplicaciones predeterminadas. Pues bien, es ahí donde debemos entrar, ya que es la sección que nos interesa en este caso concreto. En primer lugar, nos encontramos con los tipos de uso más habituales como son el reproductor de vídeo, el navegador web, reproductor de música, etc.
Sin embargo, si queremos ser un poco más concretos con todo ello, debemos pinchar en el enlace que reza Elegir aplicaciones predeterminadas por tipo de archivo. Esto lo encontramos en la parte inferior de la ventana, donde pinchamos. Entonces aparecerá un listado con los formatos de fichero y los programas instalados en el sistema que lo abren por defecto.
Como es evidente, esto es algo que podremos cambiar con tan solo pinchar en el correspondiente programa asignado, para elegir otro.