En la breve historia de Internet, muchas han sido las plataformas que, aprovechando esta vía de comunicación, han sacado provecho económico ofreciendo contenido protegido por derechos de autor. Un claro ejemplo de esto lo encontramos en SeriesLy uno de los casos que más revuelo causó en España y que fue la precursora de la Ley de Propiedad Intelectual actual. También podíamos encontrar plataformas como Z-Library la considerada mayor biblioteca del mundo donde todo el catálogo está disponible de forma gratuita a cambio de donaciones, que no era obligatorias y que actualmente sigue en funcionamiento en la Dark Web.
Otro método para lucrarse que también se popularizo en la primera década de los años 2000, fueron las plataformas de almacenamiento en la nube, unas plataformas que tenían una finalidad muy diferente a la actual, ya que su principal actividad era la de almacenar contenido protegido por derechos de autor. RapidShare la primera plataforma de este tipo de que se polarizó y a la que siguieron posteriormente Megaupload y MediaFire entre otros, aunque esta última supo lidiar con el contenido protegido que se almacenada en sus servidores y hoy en día sigue en funcionamiento.
Nacimiento de RapidShare
RapidShare nació en Alemania en el año 2002 bajo el dominio rapidshare.de ofrecía a los usuarios lo mismo que actualmente ofrecen las plataformas de almacenamiento en la nube: almacenar y compartir archivos a través de Internet. Sin embargo, en la primera década de los años 2000, el precio del alojamiento era muchísimo más caro que en la actualidad y tenían que rentabilidad de alguna forma su plataforma.
El primero era un plan gratuito que ofrecía anuncios y limitaba la velocidad de descarga a unos pocos kb, por lo que descargar cualquier tipo de contenido que ocupara varias centenas de MB podía llevar más de un día en el peor de los casos. Para evitar tener que dejar el ordenador continuamente encendido junto a esta plataforma también se popularizaron aplicaciones como Jdownloader, una aplicación de código abierto que permitía a los usuarios de la versión gratuita la premium continuar la descarga donde se había quedado.
Además de la versión gratuita, también estaba la versión premium, una versión de pago que permitía descargar el contenido disponible a una mayor velocidad pero que, además, también tenía un límite máximo de descargar de 5 GB diarios, el mismo límite que actualmente nos ofrece MEGA en las cuentas gratuitas. Podíamos eliminar ese límite pagando tarifas adicionales que permitían acceder sin límites durante un mes hasta un año.
Debido al éxito que fue cosechando esta plataforma, en el año 2008, los dueños de esta plataforma RapidShare AG decidieron redireccionar todo el tráfico al dominio rapidshare.com. Junto al cambio del dominio, también aprovecharon para cambiar la sede fiscal de la empresa a Suiza manteniendo ellos servidores en suelo alemán, un movimiento orientado a evitar problemas judiciales.
Ese mismo año, el juicio que enfrentó a RapidShare con diferentes asociaciones de derechos de autor, absolvió a la empresa por alojar contenido de forma ilegal. Para frenar futuras demandas, la plataforma comenzó a ofrecer una vía de comunicación entre los propietarios de los derechos y la empresa para que denunciará si sabía del caso del contenido suyo alojado ilegalmente en sus servidores.
Cerró de forma voluntaria
Mientras que la mayoría de las plataformas que compartían contenido protegido por derechos autor, veían como las autoridades cerraban sus puertas, otras optan por bajar directamente la persiana y evitar o seguir acumulando problemas. Rapidshare dejó de funcionar en 2015. El motivo alegado por los responsables de este sitio web fue la competencia cada vez más creciente de grandes plataformas de almacenamiento a precios mucho más reducidos (Dropbox, Google Drive, OneDrive, iCloud entre otros, y de paso, acabar con las continuas demandas legales que llegaban hasta sus oficinas. Desde su nacimiento hasta el cierre, ninguno de sus responsables fue condenado por ningún y al igual que tampoco fue obligados a eliminar el contenido que alojaba.
Alternativas a RapidShare
Tras el cese de RapidShare, y unos años antes de Megaupload, desde entonces, no existe ninguna otra plataforma que nos ofrezca el mismo servicio. Si bien es cierto que cualquier persona puede utilizar una o varias cuentas de las plataformas de almacenamiento más populares para compartir contenido, el espacio máximo que ofrecen es de 2 TB, una cantidad de espacio muy pequeña y que realmente no sale rentable ofrecerlo de forma gratuita o a través de anuncios.
Obviamente, ninguna de estas plataformas está por la labor de alquilar alojamiento en masa a empresas que quieran potenciar la piratería de cualquier tipo de contenido protegido por derechos de autor. La única forma de descargar contenido de este tipo es a través de las redes Torrent, a las que nadie puede parar debido a los archivos no se alojan en un servidor, sino que se comparten de los ordenadores de los usuarios que tienen el contenido descargado.