Uno de los aspectos que más destaca de Linux es la gran variedad de distribuciones que podemos elegir. Dentro de este ecosistema podemos encontrar las distros más conocidas, como Ubuntu, Debian o Arch. Además, también cuenta con una gran variedad de distribuciones, generalmente basadas en estas (y en otras). Estas buscan mejorar la experiencia de usuario y nos van a permitir obtener una experiencia de uso mejorada, diferente, ya sea apostando por la facilidad o por el minimalismo.
Arch Linux, dentro de ser una de las distros más importantes, es una de las menos conocidas. Esta destaca por ser una distro minimalista, totalmente personalizable. A diferencia de otros sistemas, que vienen con una gran cantidad de paquetes y programas previamente configurados, Arch permite al usuario elegir qué es lo que quiere o no quiere instalar. Es un sistema muy fiel a la filosofía KISS tan característica de los Linux, una distro, no apta para usuarios sin experiencia. Esta no solo ofrece la posibilidad de personalizar hasta el más mínimo detalle del sistema, sino que también nos brinda la mejor seguridad y estabilidad vistas en un sistema operativo.