Si compras un ordenador con Windows 10 tendrás que pasar por el aro de Microsoft

A estas alturas nadie duda de que las plataformas y productos de Microsoft se extienden de manera masiva a lo largo de todo el mundo y para todo tipo de usuarios, en muchas ocasiones porque los usuarios así los quieren, en otras casi porque les vienen impuestos en los nuevos equipos que adquieren, entre otras posibles circunstancias.
Y es que la firma con sede en Redmond no solo vive de su popular sistema operativo Windows en sus diferentes versiones, sino que la empresa intenta potenciar de muchas otras maneras, todo lo que desean que rodee a este software y de ese modo crear su propio «Universo Windows 10», como lo podríamos denominar a estas alturas.
Pero claro, esto es algo que igualmente s e hace extensible al resto de las grandes firmas tecnológicas actuales como son Apple o Google, cuyos movimientos son similares en este sentido para potenciar el uso de sus servicios entre sus clientes.
Decimos todo esto debido a que, como se acaba de saber, el gigante de Redmond está «forzando» a sus distribuidores a que determinadas plataformas propias ya se comercialicen preinstaladas en el mencionado Windows 10. De hecho, como ya habéis venido comprobando a lo largo de los últimos tiempos, al comprar un ordenador que trae Windows 10 preinstalado, de igual modo nos encontraremos con el navegador propio de la firma ya incluido, Edge, así como una versión de prueba de la suite ofimática, Microsoft Office, o incluso la aplicación de LinkedIn preinstalada desde el principio en el sistema.
Microsoft quiere que usemos sus herramientas de un modo u otro
Y es que todo ello forma parte de las estrategias que Microsoft tiene establecidas desde el principio con sus OEMs, aunque esto no es todo, sino que dependiendo del tipo de equipo que se ponga a la venta, estos programas preinstalados varían, como veremos a continuación con algunos ejemplos.
De hecho y dependiendo de la configuración del PC, Microsoft ofrece hasta 5 tarifas diferentes entre las que los distribuidores tienen que elegir para integrar una mayor o menor cantidad de software preinstalado en los equipos con Windows 10.
Y es que todo esto es algo que varía en base al procesador del equipo, la memoria RAM que integra, el disco duro, o el tamaño diagonal de la pantalla en el caso de los portátiles. De este modo los fabricantes de estos PCs tienen que asumir tarifas que van desde los 25 dólares por la versión más básica del paquete de software, hasta los 101 dólares por la más avanzada, pasando por otras intermedias de 45, 65 y 86 dólares.