Google Fonts apareció en el año 2010 para convertirse en una estupenda base de datos sobre fuentes para que cualquiera pudiera utilizar el tipo de letra que más se adaptara a su web. Sin embargo, a pesar de su edad, o precisamente por ello, parecía una página demasiado antigua. Por eso Google ha querido reformarla y hacerla más atractiva y, sobre todo, mucho más práctica.
El objetivo desde su nacimiento fue crear un banco de fuentes de código abierto con el fin de que cualquiera pudiera escoger la letra perfecta para su página web y utilizarla para siempre si quería. Obviamente, era y es una estupenda idea, que permite poner en contacto tanto a creadores como a usuarios, en un intercambio libre de conocimiento muy cercano a lo que fue internet en su momento, o lo que siempre ha querido convertirse mejor dicho.
Sin embargo, a lo largo de estos años esta web había envejecido fatal, y más teniendo en cuenta que precisamente era una web sobre tipos de fuente, es decir, sobre diseño. Google Fonts necesitaba una renovación y en Mountain View se la dieron.
Una nueva Google Fonts
Pues bien, la empresa del buscador decidió que Google Fonts debería seguir los pasos de Material Designgs y así fue. Tiene un nuevo logotipo, una forma más fácil de probar tipos de letras y de compararlos así como una manera de cambiar las preferencias del usuario sobre la marcha mientras va visualizando como queda el texto en un recuadro. Es decir, ahora, en Google Fonts, se puede probar todo antes de descargar el código de la fuente.
Además, también se puede filtrar por categorías, como por ejemplo mostrándonos solo las fuentes que simulan estar hechas a mano, por popularidad, por idioma, y alternar entre diferentes grados de inclinación y espesor. Es decir, Google Fonts no garantiza que la fuente que elijáis sea la mejor para vuestra web, lo que sí garantiza es que esa será la fuente que vosotros queríais, gracias a los más de 800 tipos de fuentes y a las muchas posibilidades que ofrece cada una.
Asimismo, ahora será posible ver la biografía del diseñador de la fuente, así como estadísticas sobre su uso y una lista sobre las fuentes más populares que se relacionan con la elegida.
Si habíais utilizado Google Fonts antes, no la reconoceréis, el cambio ha sido radical. Si no, desde Softzone os animamos a probarla, seáis o no amantes de las fuentes.
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