Rusia quiere acabar con iOS y Android creando un nuevo sistema operativo móvil

El dominio mundial de iOS y Android como sistemas operativos para dispositivos móviles tiene los días contados. O al menos es lo que espera la Federación Rusa, que acaba de reconocer que lleva un tiempo trabajando en un nuevo sistema operativo para dispositivos móviles que sea tan práctico como los dos grandes del mercado pero mucho más barato. Se llama Open Mobile Platform.
Google, y más concretamente Android, va a tener que hacer frente a diferentes multas relacionadas con leyes antimonopolio interpuestas tanto por la Comisión Europea como por la Federación Rusa. Era cuestión de tiempo que grandes organismos internacionales, con razón o sin ella, empezaran a ver con recelo a un sistema operativo que prácticamente está en todo los dispositivos móviles del mundo. Si lo ha hecho de forma ilegal, es obvio que debe recibir una multa, pero también es cierto que esta no va a impedir que siga siendo el rey.
Por eso, desde Rusia han empezado a hacerle frente en el mismo terreno, el de los móviles. El ministro de Comunicación del país, Nikolai Nikiforov ya desvelo el mes pasado en Twitter que estaban desarrollando un sistema operativo móvil llamado Open Mobiel Platform.
Este sistema operativo creado en Rusia está basado en Sailfish
Este nuevo sistema operativo, que pretende llegar a las masas mediante la mejor política de venta de que existe, es decir, que los teléfonos que lo lleven sean baratos, está basado en Sailfish, el sistema operativo creado por Jolla, una empresa dirigida por ex empleados de Nokia y que todavía no ha conseguido que su producto triunfe en ningún sitio a pesar de las altas expectativas.
Sin embargo, esta colaboración entre Rusia y Jolla no es nueva, ya que hace un tiempo los países llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), los candidatos a convertirse en potencias mundiales, llegaron a un acuerdo con la compañía finlandesa para desarrollar un sistema operativo capaz de competir con el software estadounidense, es decir, con iOS y Android.
Pues bien, Rusia ha sido la primera de todas. Su interés por desarrollar un software que pueda competir con las grandes potencias era de todos conocidos. Qué países con tanta rivalidad tuvieran que compartir sistemas operativos no era plato de buen gusto para el que tenía que utilizar el del otro país. Era cuestión de tiempo y seguramente dentro de poco se sumen más países. Veremos si es simplemente una moda o con el paso del tiempo la mayoría de países fuera de la órbita occidental acaban desarrollando SO nacionales.