Normalmente la contraseña es la parte más débil a la hora de proteger un equipo contra ataques externos o a la hora de proteger el acceso a un servicio. La manía que tenemos de utilizar mal las contraseñas hace que estas sean fáciles de descifrar en la mayoría de ocasiones. Por eso, esta nueva patente puede conseguir que solo nosotros podamos entrar a nuestras cuentas y a nuestros dispositivos.
La Oficina de Patentes de Estados Unidos ha concedido la patente de un sistema para detectar la identidad del usuario basándose en los métodos que utiliza y en la forma de acceder al propio dispositivo. Es decir, el propio sistema hace un seguimiento de cómo el usuario enciende el terminal. De hecho, no solo tiene en cuenta la contraseña, sino la fuerza con la que presiona las teclas, hacia donde miran sus ojos o si sus manos tiemblan a la hora de usar el ordenador o smartphone.
La compañía que ha presentado la patente afirma que este sistema proporciona “una precisión biométrica y una autenticación continua mediante una combinación del sistema cognitivo, del sistema motor, del comportamiento, de la fisiología y de los parámetros anatómicos del usuario”.
Esta contraseña es la más segura de la historia
Una contraseña que nunca pueda ser robada, perdida o imitada es posiblemente la mejor contraseña posible. Pues bien, este método patentado es lo que más se acerca a la contraseña perfecta. De hecho, no puede ser robado ni perdido ya que es totalmente personal y la única manera de que acceda otra persona es imitando todas las actuaciones del usuario delante del ordenador, algo que roza lo imposible si el sistema es lo suficientemente preciso tal y como promete.
De todas formas, todavía sigue siendo una patente y por eso mismo todavía está lejos de ser un sistema real de contraseña. Sin embargo, y aunque parece perfecto, siempre puede tener sus defectos. Y no se trata de que pueda entrar otra persona en el lugar del usuario sino de que sea tan preciso que ni siquiera el usuario pueda acceder si en algún momento actúa de otra manera por diversas circunstancias. Por este motivo es crucial que el propio sistema sea lo suficientemente flexible para que esto no ocurra, aunque debido a ello baje su nivel de seguridad.
De todas formas, hasta que no lo veamos en acción no pasa de ser una patente más escrita en un papel, aunque eso sí, con un potencial enorme.
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