Desde el lanzamiento de Windows 10, los usuarios han estado recibiendo mensajes y notificaciones pidiéndoles que se actualicen al nuevo sistema operativo. Aunque Windows 10 no funciona mal, muchos usuarios respetan la norma de que «si algo funciona bien, es mejor no tocarlo», por lo que el número de usuarios reacios a instalar la nueva versión es considerable. Esto no le ha gustado a Microsoft, quien ha endurecido los avisos para forzar a los usuarios a dar el salto a su nuevo sistema operativo, lo que no ha libreado a la compañía de críticas por parte de los usuarios afectados y de la comunidad.
Microsoft quiere defenderse de las críticas de los usuarios y tranquilizar a todos aquellos que aún utilizan Windows 7 y Windows 8.1 asegurando que a corto plazo no tienen planes de forzar la actualización al nuevo sistema operativo, por lo que los usuarios podrán seguir utilizando sin problemas sus sistemas operativos actuales.
Tal como asegura la compañía, los usuarios tienen la decisión final sobre si quieren o no quieren actualizar, ya que es uno de los principios básicos de la filosofía de la compañía. Aunque se cambien los medios de distribución de la actualización, el sistema operativo pedirá siempre al usuario que acepte la actualización expresamente, de lo contrario, el proceso de aplazará hasta una nueva ocasión.
Aunque Microsoft asegure que nunca forzará a los usuarios a instalar el software de la nueva versión, hemos de admitir que el proceso se ha vuelto muy agresivo últimamente. Lo que empezó como una simple notificación en la bandeja del sistema, a día de hoy se ha convertido en una completa molestia con mensajes a pantalla completa, la descarga automática de la actualización a través de Windows Update, la asignación de «actualización recomendada» que entrará en vigor a principios de 2016 y, sobre todo, la desaparición del botón de «rechazar actualización» mostrando solo la posibilidad de instalar ahora o instalar más tarde, pero instalarla al fin y al cabo.
Queremos recordar que la actualización de una licencia original de Windows 7 y 8.1 es totalmente gratuita a Windows 10 por tiempo limitado. En el caso de que se acabe dicho periodo y nuestra licencia no haya sido actualizada lo más probable es que perdamos el derecho a la actualización gratuita, teniendo que pasar por caja cundo queramos actualizar definitivamente a Windows 10.
Este nuevo sistema operativo ya ha recibido una gran actualización el pasado mes de noviembre donde se han solucionado varios problemas y se ha dotado al sistema de nuevas características. A principios del año que viene Microsoft tiene previsto publicar una segunda gran actualización para él con nuevas mejoras y características con la esperanza de que poco a poco Windows 10 se convierta en un digno sucesor de Windows 7, el que sin duda es uno de los mejores sistemas de la compañía.
¿Qué opinas sobre el proceso de actualización de Windows 10? ¿Crees que Microsoft de verdad no forzará a actualizar?