Uno de los principales problemas con los que se ha encontrado Android desde sus inicios ha sido con la fragmentación de su sistema operativo. Cada cierto tiempo, Android ha lanzado nuevas versiones de su sistema operativo hasta el punto en que había muchas versiones de Android funcionando a la vez, generando una gran fragmentación y dificultades para los desarrolladores a la hora de programar para cada sistema al igual que descontentos por parte de los usuarios que no podían disfrutar de las novedades en sus dispositivos.
El problema de la fragmentación no es culpa de Google, sino que la culpa de esto la tienen los fabricantes de smartphones que lanzan un dispositivo al mercado, los usuarios lo compran y posteriormente lanzan un modelo nuevo abandonando el desarrollo del modelo que habían lanzado 6 meses atrás. Los únicos modelos que se actualizan rigurosamente son los Nexus, desarrollados y mantenidos por Google.
Con la llegada de Ice Cream Sandwich, Google se empezó a tomar en serio el tema de la fragmentación, ya que la compañía consideraba un tema a tratar, aún había dispositivos funcionando con Android 1.6 cuando ya se llegaban por la versión 4.0. Aunque se redujo, en cierto modo la fragmentación, aún era un problema a tener en cuenta y en el que debían prestar mayor atención.
La llegada de Jelly Bean ha sido la que, finalmente, ha reducido la fragmentación de Google. Poco a poco ha ido ganando usuarios hasta que, en un proceso de 2 años, Jelly Bean se sitúa cerca del 50% de la cuota de smartphones a nivel mundial. Su largo período de vida y la evolución del hardware de los smartphones ha generado que muchos usuarios cambien de terminal y abandonen sus dispositivos obsoletos y sin soporte, optando por un smartphone con la última versión de Android.
Aunque Jelly Bean tiene 3 versiones diferentes (Android 4.1, 4.2 y 4.3), el conjunto de las 3 hacen que esta versión del sistema operativo tenga, actualmente, un 48.6% de cuota de mercado, mientras que Ice Cream Sandwich (Android 4.0) alcanza el 20.3% de la cuota de mercado, es decir, Android 4.x está presente en un total del 68.9% de los dispositivos Android del mercado.
El 31.1% de los dispositivos aún están ejecutando versiones antiguas y obsoletas de Android por culpa de que los fabricantes no ofrecen un soporte adecuado a sus dispositivos. Sin embargo, la reducción de la fragmentación en los 2 últimos años son excelentes noticias, ya que Google ha sabido responder perfectamente a uno de los principales problemas de su sistema operativo.
El lanzamiento de Android 4.4 KitKat supone un nuevo nombre para el sistema operativo de Android, por lo que probablemente suponga un aumento de nuevo en la fragmentación ya que muchos fabricantes no adaptarán sus dispositivos a esta nueva versión, salvo los más altos de gama. Falta por ver cómo Google responderá ante esto y si la fragmentación de Android dejará de ser un problema como ha sido hasta ahora.
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